El economista, académico en el MIT y colaborador del hedge fund QFR Capital Management, Ricado Caballero, es muy duro en sus análisis sobre las reformas que se están haciendo en Chile. En una entrevista con Pulso, afirma. "La enfermedad de Chile es la desigualdad y falta de oportunidades. ¿La fiebre? Este Gobierno y sus reformas apresuradas".
Sobre la real incidencia de factores externos en el deterioro de las expectativas económicas o el impacto de factores locales, Caballero dice que es difícil descomponer con precisión, pero es razonable suponer que los dos factores jugaron un rol importante. "A mí me preocupa más el mediano plazo, que un año puntual. Creo que estamos confundiendo un síntoma con la enfermedad, y esta última es bastante más compleja que el primero".
Para el economista, el síntoma es el gobierno ("Es como la fiebre, no es la gripe"). Y dice. "La historia de nuestra región está llena de ejemplos de gobiernos populistas que surgen de la frustración de la gente. Lo mismo ocurrió en Europa hace unas décadas, y están en riesgo de una repetición ahora. Muchos de estos gobiernos y sus reformas parten de muy buenas intenciones; el problema de fondo está en las recetas y herramientas que usan, no en la motivación".
(El error del gobierno fue) El haber reemplazado la prolijidad por el apresuramiento, y el estudio técnico por la ideología.
Para Caballero las malas recetas pueden hacer mucho daño. "Pensemos en Venezuela y démosle todo el beneficio de la duda a Chávez y a sus intenciones de reparar una historia de abusos. Aún así, el resultado final es que destruyeron a un país. Obviamente no estoy diciendo que Chile de hoy se parezca a Venezuela, pero sí que dejamos de ser la excepción de la regla que la desigualdad lleva eventualmente a gobiernos que ofrecen soluciones rápidas y dañinas para este problema. Nos habíamos salvado de la fiebre por varias décadas y ahora nos llegó".
Para Caballero Chile tiene un problema de desigualdad de ingreso y oportunidades. Pero el error del gobierno fue haber reemplazado "la prolijidad por el apresuramiento, y el estudio técnico por la ideología".
Sobre la eficacia de la teoría del chorreo, Caballero responde en Pulso: "Ha estado funcionando muy activamente en el caso de Chile, donde gran parte de los indicadores sociales han mejorado notablemente en las últimas décadas. Pero la fiebre nos avisó claramente que el “chorreo” no es suficiente para la trayectoria. En la vida todas las optimizaciones son sujetas a restricciones. Pretender que estas últimas no existen es renunciar al control de la solución y correr el riesgo de dejársela a alguien que entienda de restricciones pero no de optimización"
