La historia detrás del secuestrador de Sidney
Man Haron Monis. Con ese nombre fue identificado el hombre armado que mantuvo secuestradas a varias personas hoy en una cafetería del centro financiero de la ciudad australiana de Sidney. Monis nació en Irán hace 49 años con el nombre de Manteghi Bourjerdi y se trasladó a Australia en 1996, donde adoptó su actual nombre.
Autodenominado como un clérigo musulmán radical, participó en varias protestas contra la presencia de topas australianas en Afganistán y fue condenado a 300 horas de servicio comunal porque, entre 2007 y 2009, envió cartas expresando odio a las familias de dos soldados australianos que murieron fuera del país. Monis dijo en ese momento que las cartas -que escribía junto a su novia, Amirah Droudis-eran su propia versión de una "carta de condolencias", según recuerda el diario local The Sydney Morning Herald.
Pero no eran los únicos problemas que arrastraba este hombre. En noviembre del año pasado, Monis fue acusado de ser cómplice del asesinato de su ex esposa y madre de dos hijos, Noleen Hayson Pal. La mujer fue apuñalada e incinerada en un departamento de un suburbio de Sidney. Droudis fue acusada por homicidio en este caso y Monis consiguió libertad bajo fianza. Y en abril pasado, el hombre fue acusado por un asalto sexual a una mujer en el oeste de Sidney en 2002. A partir de ese momento, aparecieron unas 40 denuncias más contra él por agresión sexual.
Monis, además, tuvo duras palabras contra el primer ministro Tony Abbott y contra su antecesor Kevin Rudd y se declaró como "víctima" de las autoridades australianas, comparándose con el fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, quien está asilado en la embajada de Ecuador en Londres. Además, ha acusado a Estados Unidos de mantener una política exterior "terrorista" y "racista" y ha reivindicado las acciones del Estado Islámico en Siria e Irak.
Australia ha estado inmerso este año en un intenso debate a raíz de la participación de varios ciudadanos del país en acciones del Estado Islámico en Medio Oriente. Incluso, en octubre el Parlamento australiano aprobó medidas para reforzar las normas antiterroristas en el país.