Polémica en Suecia por exposición en que dos gitanos actúan como mendigos
AFP
Un museo sueco, que pretendía denunciar la desigualdad en el mundo con una muestra en la que una pareja de gitanos rumanos actuaban como mendigos, es ahora blanco de críticas por la supuesta explotación y denigración a los pobres.
Para la pareja –miembros de esta minoría que a menudo es oprimida en Europa- posar como mendigos era una oferta que no podían rechazar. Sin embargo, desde que la exposición fue inaugurada en enero, la obra ha sido polémica y los críticos aseguran que refleja los prejuicios y el menosprecio de la clase sueca hacia los gitanos.
En el marco de la obra, alguno de los visitantes a la exposición incluso se alteraron, “la pobreza tan cerca, me molestó”, aseguró Ann-Marget Oftedal.
Los protagonistas del montaje son Luca Lacatus, un carpintero de 28 años originario de una localidad del norte de Rumanía, y su novia Marcella Cheresi, de 26 años, que antes de ser contratados por los artistas mendigaban en la ciudad.
En vez de ganar entre 3 y 6 euros, la pareja recibe un jornal cuatro veces más alto por dos horas de trabajo dentro de la cálida y acogedora galería Konsthall, una de las más conocidas de la ciudad.
Mejor que en la calle
"Es mejor que estar en la calle", dijo a la AFP con su suave tono de voz Lacatus, con la ayuda de un intérprete. "Afuera hace frío y la gente no es tan agradable como es aquí. Y no tienes que hablar mucho".
Su sueldo lo utilizan íntegramente para reconstruir su vivienda, que fue destruida en un incendio hace dos años, tras lo cual los servicios sociales se llevaron a dos de sus cuatro hijos.
Los gitanos son una minoría que sufre una abierta discriminación en Europa, y el año pasado el presidente rumano, Traian Basescu, recibió una multa por decir que el grupo étnico se dedicaba al robo y que no quería trabajar.
Debate sobre la exclusión
El director artístico de Institutet, Anders Carlsson -grupo responsable de la exposición-, ofrece un "espacio para que la gente investigue por qué son tan tolerantes hacia las injusticias".
Sin embargo, para el líder de una organización gitana, Erland Kaldaras, lo que le molesta es que a los gitanos se les vea en Suecia como "hermanos y hermanas que se sientan en la calle a mendigar".