¿Cuál es la diferencia entre perros asilvestrados y abandonados?
Sólo once días alcanzó a tener vigencia el decreto del Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG) que permitía la caza de perros asilvestrados en zonas rurales.
¿El motivo?, desde el Servicio declararon que fue con el fin de crear una mesa de trabajo para avanzar en la problemática que constituyen las jaurías de estos animales en zonas rurales.
Para comprender el escenario en que se busca establecer la normativa, es preciso aclarar qué se entiende por perros asilvestrados y qué los diferenciaría de los abandonados o callejeros.
Asilvestrados
Técnicamente, se entiende por perros asilvestrados (o salvajes) a todos aquellos caninos que perdieron su condición de domésticos para pasar a un estado salvaje y que no dependen de los humanos para reproducirse.
Abandonados y callejeros en la ciudad
Un perro abandonado, que pasa a convertirse en callejero, se considera como un canino que ya fue domesticado. Esto no descarta la posibilidad de que el animal sea agresivo en algún momento.
Pero, en estricto rigor, no se consideran una amenaza sanitaria latente como los salvajes. Por ello, el reglamento del gobierno no apunta a la caza de estos caninos.
Principales diferencias
1) El asilvestrado usa basura y caza para alimentarse. Mientras, el vagabundo (o abandonado) sólo consume desechos.
2) Un perro salvaje se muestra agresivo cuando es atrapado por una trampa. En cambio, uno abandonado llora y pide ayuda moviendo la cola.
3) Los asilvestrados andan en manadas y tienen un comportamiento similar a los lobos. Por ello, expulsan de su grupo a canes extraños que no forman parte de su equipo.
Veterinarios apoyan la moción del SAG
Para los profesionales de la salud animal y ambiental, la decisión del Servicio, por suspender el decreto que permite la caza de perros asilvestrados, es una noticia negativa.
Los veterinarios a través de una declaración pública, explicaron en 2014 que los salvajes representan un riesgo sanitario por su continua exposición a agentes biológicos patógenos, sean virus, bacterias, hongos o parásitos, que circulan habitualmente en la fauna silvestre.
“En la práctica, esto significa que si estos perros entran en contacto con perros domésticos o ingresan al entorno donde existan seres humanos, especialmente niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, personas enfermas, pueden significar un importante peligro para la salud pública”, añaden.
“Debido a las condiciones y áreas donde se forman estas jaurías, la gente ligada al mundo rural estará expuesta a un mayor riesgo”, aseguran.
Basándonos en estas evidencias, los profesionales recomiendan al gobierno que decididamente incluyan a los perros asilvestrados como “animales dañinos” en el Reglamento de la Ley de Caza.