"La muerte de una persona siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos, y consternación en el resto", comienza diciendo Cristina Fernández en una publicación a través de Facebook, en su primera intervención pública tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien la había acusado por el caso AMIA.
Sin embargo, la mandataria calificó inmediatamente la muerte de Nisman como un suicidio:
"El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?", pregunta la viuda de Néstor Kirchner.
Así, se refiere al caso AMIA en varios párrafos y recuerda cómo los vivió. "En el caso del ¿suicidio? del fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida: la tragedia del atentado terrorista más grande que se produjo en la Argentina".
"Creo que lo más importante es advertir que se intenta hacer con el juicio de encubrimiento lo que se hizo con el juicio principal 21 años atrás: desviar, mentir, tapar, confundir", afirma Fernández.
La presidenta argentina asegura que las "interrogantes" de las que habla deben ser investigadas por el Poder Judicial, y cuestiona "el hecho de que sea un empleado de la fiscalía el que le suministra el día sábado el arma calibre 22 que le provoca la muerte. ¿Para defensa? ¿Un arma calibre 22? Cuando el fiscal vivía en la Torre Le Parc de Puerto Madero, con sistemas de vigilancia inteligentes, con códigos de ingreso, monitoreo de cámaras y custodia constante de Prefectura, y contaba además con custodia propia de 10 agentes de la Policía Federal".
"Hoy más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron. En Argentina todavía debemos remarcar lo más obvio y simple", sostiene.
Fernández finaliza así su carta, señalando que "los argentinos nos merecemos no ser tan subestimados en nuestra inteligencia y mucho menos cuando 85 víctimas y sus familiares todavía esperan justicia después de 21 años".