La Gaviota de Plata y la Gaviota de Oro son los reconocimiento más esperados por los artistas que pisan la Quinta Vergara cada año y para las grandes estrellas que llegan hasta el Festival de Viña del Mar es el recuerdo que les queda del cariño del público en su paso por la ciudad jardín.

Pero hay algunas ocasiones en las que el “monstruo” considera que ambos reconocimientos no son suficientes y pide, como sucedió este año en el show de Mon Laferte y también en el de Ricky Martin, la Gaviota de Platino.

Si bien este nunca ha sido un reconocimiento habitual del festival, ha sido entregado en situaciones específicas, lo que ha provocado que en el último tiempo algunas personas vitoreen a su artista favorito y lo quieran ver con la Gaviota de Platino en sus manos.

La primera vez que se entregó este premio fue en 2012 cuando el mexicano Luis Miguel fue reconocido por con este inédito galardón hasta ese entonces, por sus 30 años de carrera, y lo recibió de las manos de la propia alcaldesa de Viña del Mar Virginia Reginato.

La Gaviota de Platino no volvió a entregarse hasta 2017 cuando se presentó en el escenario de la Quinta Vergara la española Isabel Pantoja. La artista recibió el reconocimiento meses después de la muerte de Juan Gabriel y, según explicaron de la organización, era un homenaje a la trayectoria del artista y también a ella, cuya carrera estuvo vinculada al cantante.

La última Gaviota de Platino fue otro homenaje, pero esta vez póstumo. En la versión 2019 del Festival de Viña la organización decidió hacer un homenaje a la trayectoria de Lucho Gatica, quien había muerto tres meses antes.

Para reconocer al “rey del bolero” se le entregó el galardón especial al sobrino del cantante Humberto Gatica.  

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