Una mujer de India pide justicia tras ser víctima por años de una negligencia médica: Dejaron unas pinzas dentro de su abdomen después de una cesárea.

"No puedo describir el dolor que sufrí durante cinco años", le comentó KK Harshina (31) a la BBC.

La mujer vive junto a sus tres hijos en el estado de Kerala. Los dos primeros nacieron por cesárea en 2012 y 2016 en el hospital gubernamental de Thamarassery, mientras que el tercero nació mediante el mismo método en noviembre de 2017, pero en el Hospital de la Facultad de Medicina del Gobierno.

Fue después del último procedimiento que Harshina, de entonces 25 años, comenzó a sentir constante dolor en la zona abdominal. "Cuando me quejé, los médicos me dijeron que era porque tuve una tercera operación de cesárea, también me dijeron que muchas otras mujeres también tenían una queja similar", contó.

En esta línea detalló que "incluso después de que me dieron de alta, no podía caminar correctamente. Dos meses después, tuve una infección y me hicieron otra cirugía. El dolor era insoportable. Nuevamente, hubo infecciones repetidas y tuve que someterme a dos cirugías más. Entonces no se realizó ningún escaneo. Tenía un dolor constante en el abdomen y hasta el más mínimo roce me causaba mucho dolor. Mis visitas al hospital se volvieron frecuentes y no pudieron identificar una razón”.

En septiembre de 2022 le hicieron exámenes para descartar que tuviera una infección urinaria, pero los resultados esclarecieron la verdad detrás de sus cinco años de dolor: Tenía una pinza mosquito en el abdomen.

La mosquito es una pinza metálica para hacer hemostasia, es decir, detener el flujo de sangre durante una cirugía. En específico, la que dejaron dentro de Harshina tenía 6,1 cm de largo y 5 cm de ancho.

Tras una nueva operación para removerle la pinza, la mujer comenzó una lucha para encontrar justicia por la negligencia que vivió, pero desde ambos hospitales en que fue sometida a cesáreas sostienen que tras los procedimientos no contabilizaron algún instrumento perdido.

Por el momento, ninguna de las dos instituciones de salud se han querido hacer responsables por el hecho, mientras que la víctima dice que protestará hasta que obtenga justicia.

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