No es nada habitual que un chimpancé camine usando solo sus dos patas traseras.
Pero estos animales que viven en el Santuario de Chimpancés de Sweetwaters, en Kenia, están acostumbrados a hacerlo tras años de maltrato.
De crías, fueron recibidos como mascotas en casas particulares.
Pero, al crecer, sus dueños se vieron incapaces de controlarlos y los encadenaron o encerraron enjaulas tan estrechas que apenas tenían espacio para sentarse o apoyar sus cuatro patas sobre el suelo.
Los santuarios africanos acogen a más de 800 chimpancés, una especie considerada en peligro de extinción.
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