La impresión 3D se ha convertido en una práctica que ha ayudado de diferentes maneras a prevenir el contagio de coronavirus alrededor del mundo.
Esto ha ocurrido mediante diferentes iniciativas que, en el caso de Chile, ha reunido a múltiples personas con estas máquinas para crear mascarillas con particulas de cobre u otras características específicas.
Una situación similar ocurrió en Brescia, Italia, luego que trabajadores de la empresa Isinnova comenzaran a desarrollar las "válvulas Venturi", un elemento esencial para que funcionen los respiradores artificiales necesarios para la atención de pacientes más graves por el COVID-19.
Tras imprimir al menos cuatro prototipos, lograron dar con el objeto adecuado, replicando más de 100 válvulas que fueron directamente hasta el hospital de Chiari, pudiendo salvar vidas ante la drástica escasez de este elemento.
Este caso fue replicado incluso en Argentina por Guillermo Cabrera y su hijo Gerónimo, quienes al conocer la noticia de las válvulas impresas en Italia, decidieron adelantarse a la propagación del coronavirus en su país y fabricar los objetos con mayor rapidez.
Ambos son fundadores de la fundación "Te doy una mano", en la que fabrican prótesis mediante la impresión 3D para quienes lo requieran.
Hasta el momento, y tras probar una válvula en el hospital de Llavallol, han replicado 70 prototipos de ella. Sin embargo, el problema está en que existen al menos 8 o 10 tipos distintos de estos objetos para los respiradores que fueron adquiridos en las provincias de Argentina.
"Necesitamos que nos escuche el Ministerio de Salud, para que puedan brindarnos una válvula de cada modelo existente y nosotros lo copiaremos, y las haremos en cantidad antes de que empiecen a escasear”, manifestó Guillermo a Infobae.