La noche del domingo 27 de septiembre y la madrugada del lunes 28 se observará un espectáculo astronómico muy llamativo en el cielo. La Luna estará en su punto más próximo a la Tierra y, al mismo tiempo, ocurrirá un eclipse total que —tal como sucede durante estos eventos astronómicos— la teñirá de un color rojizo.

El resultado será una espectacular “superluna de sangre”.

Este eclipse total de Luna, que será el último del año, completará una seguidilla  de cuatro lunas de sangre —también llamadas “lunas rojas”— que no se daba desde hace 10 años.

La actual tétrada comenzó en 2014 con dos lunas rojas (abril y octubre) y este 2015 la termina, también dos. La del 27 y 28 de septiembre se sumará a la del sábado 4 de abril.

Eclipse total y perigeo

El eclipse se verá en Europa, África y América del Sur, Norte y central.

Así es la evolución de un eclipse total de Luna

Los eclipses totales de Luna ocurren en fases de Luna llena cuando la Tierra se sitúa entre el Sol y la Luna, y crea una sombra sobre el satélite.

El matiz entre rojizo y anaranjado en el disco lunar se debe a que durante el eclipse la cara de la Luna refleja la luz del Sol dispersa en la atmósfera terrestre.

Además, el eclipse se producirá cerca del perigeo de la Luna.

Como referencia hay que considerar que distancia promedio de la Luna y la Tierra es de aproximadamente 384.600 kilómetros. Cuando el satélite se sitúa en el punto más lejano de su órbita elíptica (apogeo) se encuentra a unos 405.600 kilómetros en el apogeo, y cuando está más cerca (perigeo) se ubica a unos 363.700 kilómetros.

Cuando la luna está en su perigeo, se ve un 14% más grande y un 30% más brillante que en su fase regular de Luna llena.

Luna de sangre y asteroide

La tétrada de lunas rojas ha sido utilizada en las últimas semanas por algunos grupos cristianos y pastores en Estados Unidos para vincularlo a interpretaciones de profecías bíblicas sobre el Apocalipsis.  El más mediático de ellos, el pastor John Hagee, llegó a publicar un libro colgando su teoría del fin del mundo a las lunas de sangre.

La rumorología, que corre con ruedas en la web y las redes sociales, ha colaborado agregado unos cuantos cataclismos: terremotos, erupciones volcánicas y hasta un asteroide (o cometa, dependiendo de la versión) oculto y en ruta de colisión con el planeta.  Todo sobreviniendo en septiembre, antes y después de completar las cuatro lunas rojas.

Lo cierto es que  la ocurrencia del fenómeno de las tétradas de lunas rojas no es un hecho único ni  extraordinario. Desde el siglo I se han producido 62, y la próxima ocurrirá en 2032. Para la ciencia es sencillo contarlas y calcularlas.

“Ni una pizca de evidencia”

La NASA por su parte, y ante las múltiples consultas, emitió un comunicado para aclarar dudas sobre la existencia de posibles rocas espaciales que pongan en peligro la vida en la Tierra.

"No hay ninguna base científica  -ni una pizca de evidencia- de que un asteroide o cualquier otro objeto celeste impactará contra la Tierra en esas fechas", dijo Paul Chodas, jefe de la oficina de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de Pasadena, California.

"Si hubiese cualquier objeto lo suficientemente grande como para hacer ese tipo de destrucción en septiembre, ya lo habríamos visto", agregó.

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