En un hecho que raramente ocurre, y jamás antes registrado por científicos, un grupo de chimpancés bajo estudio asesinó a su ex líder y luego se alimentaron de su cuerpo.

En una investigación publicada en el International Journal of Primatology, los primatólogos narran el asesinato que documentaron en la comunidad de chimpancés que estaban estudiando en la sabana de Senegal, en África.

En 2005, Foudouko –el macho alfa asesinado- era el líder de un grupo de más de 30 chimpancés. Fue apodado "Saddam" ya que, según dijo a New Scientist la antropóloga Jill Pruetz, era  "un tanto tirano".

Foudouko había alcanzado el poder del grupo siendo todavía joven y lo retuvo hasta finales de 2007 con la ayuda de Mamadou, el chimpancé al que permitió ser el macho beta y su lugarteniente.

“Saddam” fue derrocado en 2008 después de que Mamadou perdiera una pelea y resultara gravemente herido, según registraron los investigadores.

El macho fue exiliado a los márgenes territoriales de su antigua comunidad y en los siguientes años rara vez se dejó ver.  

El aislamiento, señalan los primatólogos, es un algo estresante para los chimpancés, animales sociales por naturaleza.

En el tiempo siguiente Mamadou se recuperó, y poco a poco desde la humillante última posición social en el grupo comenzó a ganar espacio y respeto. Cuando su hermano David se convirtió en el macho alfa, Momadou volvió a ocupar la posición de segundo que antes había tenido con Foudouko.

Muerto y torturado

Este último, para finales de 2013, había logrado incorporarse a unas pocas actividades sociales de la comunidad. Se cree que tomó confianza e intentó un regreso para retomar el control y acercarse a las hembras, pero se encontró con la resistencia de un grupo de machos más jóvenes que terminaron asesinándolo.

Los investigadores escucharon un inusual alboroto de madrugada y temprano por la mañana encontraron el cuerpo de Foudouko yaciendo en un claro. Había otros chimpancés y la violencia no había terminado.

Los primatólogos se apresuraron a registrar lo que estaba ocurriendo y lo grabaron en video.

El cuerpo tenía profundas heridas en el cuello y un pie, que probablemente  lo desangraron. Tenía también los dedos destrozados a mordidas, probablemente porque algunos de sus atacantes sujetaron con los dientes sus extremidades mientras otros lo golpeaban hasta la muerte.

 Todo el grupo había llegado y algunos seguían pegándole y mordiéndolo. Pasarían casi cuatro horas maltratando el cuerpo de Foudouko, arrastrándolo y golpeándolo incluso con palos y piedras.

Mamadou también estaba allí, aunque según los primátologos fue el menos agresivo de todos.  Le dio empujones al cuerpo inerte pareciendo querer despertarlo.

El episodio terminó cuando algunos chimpancés, liderados por una hembra, desmembraron el cuerpo y comieron partes de él.

Pruetz dijo estar "muy perturbada" después de ver el registro en video del incidente, y por la espantosa violencia que afectó a Foudouko por parte de su propia comunidad, algo más común en seres humanos.

Se cree que el hecho que en el grupo hubiese dos veces más chimpancés machos que hembras –estas últimas presas preferentes de los cazadores furtivos- aumentó las tensiones internas en la comunidad.

El incidente, según los primatólogos,  puede ayudar a entender mejor cómo funcionan las sociedades de chimpancés en sus hábitats naturales.

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