Pintar los edificios de blanco contribuye a combatir el calor en las ciudades, un remedio conocido en el Mediterráneo desde hace siglos y que ahora podría empezar a aplicarse en ciudades como Londres, según un estudio publicado este jueves.
La temperatura en una gran ciudad como Londres podría reducirse hasta 2º C si el uso del color blanco, o de materiales reflectantes, se generalizara, según este estudio publicado en Geophysical Research Letters.
Los tejados pintados de blanco son mejores que los que utilizan vegetales, una moda arquitectónica que se generalizó en ciudades, o los paneles solares, según este estudio.
"Si se generalizaran en todo Londres", esos tejados "podrían reducir la temperatura exterior en la ciudad en una media de 1,2º C e incluso en 2º C en algunos lugares", según este estudio, elaborado por científicos de la l'University College de Londres (UCL).
Los paneles solares y la vegetalización solo permiten hacer bajar el termómetro en 0,3º C de media.
El aire acondicionado, al transferir el aire caliente en el interior de los edificios al exterior, calentaría la ciudad en 0,15º C, si se generalizara ante la amenaza del cambio climático.
En el centro de Londres la situación podría empeorar hasta 1º C, causando verdaderas "islas de calor", advierte el estudio.
En los países de la cuenca mediterránea, encalar o pintar completamente de blanco las casas, desde la azotea hasta la fachada, es un método secular para combatir el calor.
Otro estudio, realizado en marzo en un barrio de Singapur, constató que al pintar totalmente de blanco tejados, fachadas y calzadas, la temperatura podía bajar hasta en 2º C en la tarde, y que el confort térmico de los peatones mejoraba en hasta 1,5º C.
Ello se debe al efecto albedo, es decir, que cuanto más clara es una superficie, más luz rebota, y con ello disminuye el calor, aunque aumenta notablemente el deslumbramiento.