Usualmente el bullying escolar es abordado por la comunidad estudiantil y las autoridades desde la mirada del adolescente que es víctima de este acoso y poco se habla, o en menor medida, del escenario del agresor.
Recientemente Anita Alvarado causó revuelo en las redes sociales tras compartir un video con una importante reflexión sobre el bullying, luego de que uno de sus hijos humillara a un compañero de clases la semana pasada.
Sin embargo, la “geisha chilena” también expuso públicamente a su hijo de 12 años, quien aparece en el video ofreciendo disculpas por ser “cruel y mal amigo”.
Especialistas coinciden en que “en general, se habla mucho menos de esto que de cómo darse cuenta de que su hijo está siendo víctima de bullying. Y es el otro lado de la moneda que muchas veces queda en el aire, porque quienes consultan en general son las víctimas y no los agresores. Hay que considerar que por cada víctima hay un agresor”, según expone a T13.cl Camila Concha, psicóloga de la Clínica Las Condes.
4 indicadores que pueden ayudar a los padres a saber si su hijo es quien hace bullying
Aunque los casos de niños que hacen bullying son un tema mucho menos visualizado, existen algunos indicadores que podrían servir para que los padres estén atentos al comportamiento de su hijo o hija.
“Como padres identificar a un hijo que pueda hacer bullying a otro compañero no es algo tan sencillo, porque muchos de los niños que hacen bullying en el colegio son niños que al mismo tiempo están viviendo un proceso dentro de su núcleo más cercano, donde no lo están pasado bien, y muchas veces esos procesos tienen que ver o tienen relación con sentirse solos, no considerados, aislados de su núcleo cercano”, advierte a T13.cl la doctora Francisca Salas, jefa del Centro de Adolescencia de la Clínica Alemana.
- OBJETOS DE OTROS
Sobre esos indicadores que pueden ayudar a identificar a un niño que hace bullying, la psicóloga Camila Concha añade que es importante “visualizar si tu hijo está llegando a la casa con objetos que no son suyos, que no puede explicar bien de dónde salieron y que evidentemente no es algo que tú como papá le conseguiste o adquiriste”.
“Pueden detectar también pequeños gestos que pueden indicar ciertas dinámicas abusivas, como por ejemplo manifestaciones de temor en los niños que son víctimas o que consiguen de manera muy fácil o muy rápida cosas, elementos u objetos que son propiedad de los otros niños. O hay niños que pueden llegar con objetos destruidos quizás y manifestar que alguien en el curso lo hizo, pero no quieren decir quién, por temor”, agrega.
- RESPONDER CON VIOLENCIA A LA NEGACIÓN
Para la psicóloga de la Clínica Las Condes, otro indicador es que “en general los niños que cometen bullying, los bullies, tienen muy baja tolerancia a la frustración y tienden a no aceptar un no como respuesta. Entonces si tu hijo está actuando con una conducta expansiva, violenta o agresiva cuando se le niega algo, cuando por normas, límites, encuadres se le dice que no y tienen propensión a buscar destruir objetos, a lanzarlos, a responder desde lo físico, por supuesto que hay que analizar si es que esta situación es algo que se hace como una forma de canalizar una emoción que no daña a nadie o si es algo que puede llegar a transgredir los límites con otros”.
- RELACIÓN CON LOS ANIMALES: UNA SEÑAL DE ALERTA IMPORTANTE
Camila Concha también sostiene que hay que poner atención en cómo el niño o niña “trata a aquellos que por diferentes motivos están en una posición de mayor vulnerabilidad que él o ella, sea física, sea de edad”, principalmente en cuanto a su relación con los animales.
Esto es observar cómo se relaciona con aquellos con quien pudiera haber una asimetría de poder. Incluso, en los casos de niños que rompen plantas se debería poner atención.
“No va a significar necesariamente que es un niño que comete bullying, pero sí es una señal de alerta importante ya que se está relacionando con otro que por fuerza física, condición animal, está más vulnerable o más debilitado”, agrega la especialista.
- BULLY-VÍCTIMAS
Finalmente, es importante considerar que en algunas ocasiones se puede identificar que el niño o niña está siendo a su vez víctima de otras personas, que es lo que se llama bully-víctima. “Reciben bullying de otras personas y esta frustración la vierten en otro. Esto se llama identificación con el agresor, que implica también como una intención de recuperar cierto poder o control sobre la situación”, explica la psicóloga Camila Concha.
“Tampoco es tan frecuente que existan niños que les hacen y al mismo tiempo hacen (bullying), porque no logran regular la respuesta frente al bullying que les están haciendo, o sea se transforman en bully-víctimas, o sea son víctimas pero al mismo tiempo ejercen violencia hacia otros grupos que puedan considerar más débiles que él, de manera de poder o desahogar o expresar la rabia que sienten, pero finalmente de la misma manera”, añade la doctora Francisca Salas.
¿Cómo actuar con el agresor en un caso de bullying?
Para la psicóloga Camila Concha, lo que hizo Anita Alvarado con su hijo no representa para nada una solución ni la manera correcta de abordar una situación de bullying.
“La exposición pública tampoco va a ayudar a nada, solamente va a aumentar los sentimientos de angustia, frustración, de exposición. Esto es algo que debiera hacerse yo creo que en un contexto más bien privado”, asegura.
Contrario a la reacción de Alvarado, la especialista entrega algunas recomendaciones sobre cómo deberían actuar los padres para abordar los distintos casos, desde un comienzo hasta cuando la situación ya parece escaparse de las manos.
- Comunicación: hablar primero con los niños, entender desde su razonamiento qué es lo que explica su conducta. Primero escuchar lo que tienen que decir, antes de tomar una decisión o actuar.
- Actitud coherente: muchos padres cometen el error que al enterarse de que su hijo agrede a otros, lo que hacen es agredir físicamente al hijo como castigo. Un mensaje absolutamente incongruente, pues se le está diciendo al joven que la violencia es lo que funciona, es decir, corroborando el mensaje que ya tenía incorporado.
- Mucha claridad acerca de las consecuencias: se puede llegar a entender, pero no a justificar la agresión a otros. Tiene que existir mucha claridad acerca de las consecuencias del comportamiento. Por ejemplo, lo que se va a perder por haberlo hecho y por supuesto si es que se vuelve a hacer: privilegios, actividades de interés, salidas, mesadas, etc.
Sobre esto último, una buena acción que no todas las familias lo hacen, pero que es bastante sana –comenta la psicóloga– “es buscar una instancia reparadora en la que el niño haga algo, partiendo por pedir perdón para reparar el daño que acaba de hacer en la otra persona”.
- ¿Y la ayuda terapéutica?: “Cuando uno ya sepa que su hijo está haciendo esto, brindar más supervisión, establecer más reglas, activar más el monitoreo que se tiene hacia su hijo, hablar siempre de las consecuencias emocionales que tiene en los otros, ponerlo en el lugar de la persona que está siendo víctima, sobre todo en el caso cuando el agresor no es víctima a la vez, y cuando ya hay situaciones que se salen de las manos, que los padres pese a haber hecho todo esto que yo dije sin llegar a resultados positivos, evidentemente se tiene que llegar a una instancia terapéutica”, añade la psicóloga Camila Concha.