Los niños llegan al mundo en el momento menos esperado. Así lo vivió Jessica Hogan, quien dio a luz en pleno pasillo de un hospital de Kansas. Luego de al menos tres "falsas alarmas", la mujer cuenta que le costaba darse cuenta de si estaba en un verdadero trabajo de parto.
Fue así que cerca de las 2 de la mañana comenzó a sentir fuertes contracciones. Pensó que no llegaría nunca. Se le había roto la bolsa poco antes de llegar al hospital.
Si bien la idea era llegar a la sala de parto, el destino quiso otra cosa.
"Pasé justo después de las puertas automáticas, y entré al siguiente salón que afortunadamente no estaba alfombrado como el que acabábamos de salir. Sé que en este momento dije 'Dios mío, él está aquí'. Luego comencé a quitarme los pantalones, porque podía sentir cómo mi cuerpo empujaba la cabeza del bebé. Me incliné y pude sentir su cabeza rozando mi mano", relata la mujer.
Jessica cuenta que "miré a mi marido y le dije: '¡Travis, atrápalo!" Sin ninguna duda, él hizo exactamente eso, cuando sentí que mi cuerpo involuntariamente empujaba su cabeza".
La increíble historia de Jessica quedó plasmada en el blog de Tammy Karin, una fotógrafa de eventos familiares, quien había llegado a registrar el nacimiento.
Sin embargo, nadie tenía presupuestado que Max nacería en medio de un pasillo.