Cuando un músculo en el cuerpo se contrae, hay otro que se relaja.
Es la regla de oro que se refiere a la relación armoniosa que tienen los músculos que se encuentran alrededor del esqueleto humano, una relación en pareja que tiene como objetivo el equilibrio de nuestro cuerpo.
Una alternabilidad similar a una conversación entre dos personas. Mientras una habla, la otra tiene que escuchar para que el diálogo fluya, de lo contrario se produciría una descomposición con las dos hablando al mismo tiempo o en silencio.
Así es con los músculos en pareja. No pueden contraerse los dos al mismo tiempo, así como no pueden estirarse.
Y como sucede en algunas relaciones, hay una persona que suele llevar la voz cantante mientras la otra prefiere dejarse llevar.
Esta es la diferencia entre los músculos tónicos y los fásicos. Mientras los primeros están constantemente trabajando, manteniendo un mínimo de contracción, los segundos pasan la mayor parte del tiempo de forma pasiva y relajada, esperando una orden para entrar en acción.
Equilibrio muscular
Lo importante de entender qué son y cómo funcionan ambos tipos de músculos es que permiten a las personas mantener el deseado equilibrio muscular, aspecto que es vital para evitar lesiones o problemas de salud que pudieran resultar de gravedad.
"Los tónicos son los que tienden a acortarse y, como su nombre lo indica, a estar muy tonificados, muy duros. Su función principal es mantener la postura y dependiendo de nuestra posición pueden llegar a acortarse demasiado", le dice a BBC Mundo Juan Francisco Marco, profesor del centro de ciencia deportiva, entrenamiento y fitness Alto Rendimiento.
"Los fásicos son, en cambio, aquellos que tienen muy poco tono muscular y muy estirados, tienden a alargarse en lugar de acortarse. Entran en acción cuando nosotros lo deseamos, es decir que tienen una contracción voluntaria".
Según el especialista español se podría hablar de músculos opuestos, antagonistas, como los que encontramos en el cinturón pélvico del cuerpo.
"Los músculos tónicos serían los que se encuentran en la zona lumbar, mientras el fásico serían los rectos del abdomen", explicó.
"Los primeros tienden a estar en constante contracción, al tiempo que los segundos están más estirados y relajados".
De no lograr el equilibrio en esta zona se corre el riesgo de sufrir de lumbalgias, como la hiperlordosis, o problemas del pinzamiento del nervio ciático.
Lo recomendable es hacer trabajos de flexibilidad de la musculatura tónica y trabajos de tonificación, incluso hipertrófica, de la musculatura fásica, ya que también tienen tendencia a perder volumen.