La sonda espacial Osiris-REx fue lanzada hace dos años con el objetivo de alcanzar el asteroide Bennu, de unos 490 metros de diámetro, y regresar a la Tierra con muestras que recogerá directamente de su superficie con un brazo robótico, un desafío tecnológico grande para los ingenieros de la NASA.
Hace poco más d euna semana, la sonda alcanzó al asteroide, luego de someterse a maniobras de aceleración gravitacional para ponerse detrás del objeto y poder sacar muestras con su brazo robótico.
La sonda OSIRIS-REx de la NASA ya ha encontrado evidencia de minerales hidratados en el asteroide. Esto sugiere que alguna vez, el agua fue un elemento abundante al interior del “cuerpo padre” de Bennu, el que se cree fue una roca de unos 100 kilómetros alojado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
La sonda tiene como principal objetivo buscar evidencia para la comprensión de la formación del Sistema Solar. “Nos dirigimos a Bennu precisamente porque pensábamos que tenía minerales que contienen agua y, por analogía con los meteoritos de condrita carbonácea que hemos estado estudiando, material orgánico”, dijo hoy el investigador principal de OSIRIS-REx, Dante Lauretta, de la Universidad de Arizona.
La misión podría ayudar a comprender de mejor manera de qué están hechos los asteroides, cuales son sus principales características y qué tan viable puede ser la minería espacial en el futuro próximo.
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