AFP
Samsung presentó el miércoles el nuevo dispositivo de su gama de smartphones Galaxy Note, el Galaxy Note 8, con el que quiere pasar página de los defectos del modelo anterior, cuyas baterías explotaban, y dar la batalla a Apple, que develará próximamente el iPhone 8.
El grupo surcoreano inició su evento de presentación en Nueva York hablando del retiro de los Note 7 en 2016.
"Por supuesto, ninguno de nosotros olvidará lo que pasó el año pasado, yo sé que no lo olvidaré, y nunca olvidaré cómo millones de fieles de los 'Note' han permanecido con nosotros", dijo DJ Koh, director de la división móvil de la firma, durante una presentación en Nueva York.
"Así que permítanme expresarles mi más profunda gratitud", agregó.
El grupo tuvo que realizar un llamado mundial a retirar sus dispositivos Note 7, lo que le significó millones de dólares de beneficios perdidos y minó su credibilidad, obligándolo a pedir excusas y a postergar el lanzamiento del S8, que acabó finalmente presentando en la primavera boreal.
No obstante, los resultados financieros del grupo para el segundo trimestre, publicados a finales de julio, fueron tranquilizadores, con un salto de 89% en los ingresos netos a casi 10.000 millones de dólares, impulsados por la demanda sostenida de sus chips de memoria y mayores ventas de celulares.
El Note 8 presentado este miércoles suma algunas mejoras con respecto a sus predecesores: una pantalla más grande casi sin bordes, dos cámaras traseras, resistencia al agua y una versión más potente del lápiz óptico habitual de los Note, que permite prescindir del teclado para ciertas funciones.
El nuevo "phablet" (contracción de phone y tablet) estará disponible a partir del 15 de septiembre, dijo la firma líder de smartphones, que no reveló el precio del dispositivo. Se podrá preordenar en los próximos días.
"Jack" para auriculares"
Con el nuevo dispositivo, Samsung se prepara también para la inminente llegada del próximo iPhone de Apple, siempre muy esperado y que debería develarse en el trascurso de septiembre.
"El Note 8 es para Samsung una excelente oportunidad de ganar participación en el mercado frente a la competencia, ya que es en varios años el primer teléfono de gama muy alta que presenta la empresa", considera el analista Patrick Moorhead, de Moor Insights Strategy.
"Han dejado atrás el Note 7", estima.
Sin embargo, "como todavía no conocemos los detalles y el precio del futuro iPhone, todavía no podemos saber si el Note 8 será competitivo", agregó.
Para Moorhead, si bien el Note 8 es "un buen teléfono" para el cliente medio, debería seducir especialmente a los clientes "business".
Según la prensa, Apple podría por su parte lanzar precisamente un iPhone "pro", de gama muy alta, que podría entrar directamente en competencia con el Note 8.
Podría incluso lanzar no uno sino tres modelos al mismo tiempo, de acuerdo con los últimos rumores, pues el grupo tiene planeado hacer un lanzamiento impactante para conmemorar los 10 años del iPhone.
Justin Denison, director ejecutivo de Samsung, terminó su discurso el miércoles con una pequeña alusión a Apple, que en sus últimos dispositivos no ofrece el tradicional conector "jack" (analógico) para conectar sus auriculares.
"Por cierto, hay un conector 'jack'" en el Note 8, dijo, provocando la risa de la audiencia.
Con estos nuevos smartphones, las apuestas son altas para los dos gigantes tecnológicos, líderes del sector, que cuentan con estos aparatos para seguir siendo los reyes del mercado y hacer frente a una creciente competencia china.
Según los datos de la firma International Data Corporation (IDC), Samsung y Apple detentaron respectivamente 23,3% y 12% de cuota de mercado en el segundo trimestre de este año.
Pero el fabricante chino Huawei se ha acercado a Apple, con un 11,3% del sector, dos puntos más que en el mismo período de 2016. Le siguen a continuación otros dos grupos chinos, Oppo y Xiaomi.
Esta presentación de Samsung tiene lugar a dos días de otra fecha importante para el grupo. La justicia anuncia su veredicto el viernes en el juicio por corrupción del heredero del imperio industrial surcoreano, Lee Jae-Yong.