Helena de Troya bien pudo ser, en las palabras del dramaturgo isabelino Christopher Marlowe la mujer cuya "cara lanzó mil embarcaciones". Pero, en esta esta época moderna, su rostro también podría lanzar muchas otras cosas.
Por ejemplo, abrir cuentas bancarias, autorizar pagos online, acelerar el paso por la seguridad aeroportuaria o incluso activar alarmas, si por ejemplo se le identifica como un potencial riesgo al entrar en una ciudad (Troya, ¿quizás?)
Todo debido a que la tecnología de reconocimiento facial ha evolucionado a una velocidad vertiginosa, con consecuencias que podrían ser benignas o completamente siniestras, dependiendo del punto de vista.
Las cámaras de alta definición, combinadas con software inteligente capaz de medir decenas de "puntos nodales" en nuestras caras -como la distancia entre los ojos, la longitud o anchura de la nariz, por ejemplo- están siendo incorporados al aprendizaje de máquinas que crean un eternamente creciente banco de imágenes.
Y las aplicaciones de esta tecnología están apareciendo por todas partes en el mundo.
En China, por ejemplo, la cadena de pollo frito KFC recientemente lanzó su primer "restaurante inteligente" que utiliza el reconocimiento facial para predecir el plato que el cliente probablemente quiere, basado en su edad, género y la hora del día.
Mientras que la gigante empresa de pagos Alipay está experimentando con la tecnología "sonríe para pagar".
Todo a la vista
De la misma manera, en Estados Unidos, la compañía de tecnología médica NextGate ha desarrollado un sistema de reconocimiento facial que puede identificar a los pacientes y vincularlos a sus historias médicas.
Mientras que en Israel la firma de "discriminación facial" Faception afirma que su tecnología inclusive es capaz de discriminar si eres terrorista, extrovertido, pedófilo, genio o jugador profesional de póker con el análisis de 15 detalles de tu cara que son invisibles al ojo desnudo.
Luego utiliza esa información para determinar los rasgos de tu personalidad con un 80% de precisión, según la firma.
Y otro ejemplo es la aplicación rusa FindFace, que permite vincular una foto que hayas tomado de alguien con su perfil en la más popular plataforma social del país, Vkontakte.
En teoría, podrías rastrear a un completo extraño que hayas fotografiado en un autobús o un tren.
"Hay muchas aplicaciones potenciales de tecnología de reconocimiento facial robustas y confiables", resume el profesor Josef Kittler, del Centro para el Procesamiento de Visión, Habla y Señales de la Universidad de Surrey, en Reino Unido.
"Los usos incluyen la seguridad y vigilancia de negocios, verificación de identidad para transacciones comerciales, trato personalizado a clientes asiduos y análisis de la reacción del consumidor a los despliegues publicitarios", explica.
Actualmente, su universidad lidera un proyecto de investigación conjunto de US$6 millones financiado por el Consejo de Investigación de la Ingeniería y Ciencias para desarrollar la siguiente generación de tecnología de reconocimiento facial.
Si la cara coincide
Uno de los principales impulsores de la tecnología es el sector de seguridad.
Carl Gohringer, fundador y director de Allevate, una firma de reconocimiento facial que trabaja con agencias de seguridad, inteligencia y gobierno dice: "La cantidad de medios -como videos, fotos- que están a nuestra disposición como individuos, organizaciones y negocios, y para las agencias de inteligencia y seguridad, es asombrosa".
"Nos encontramos mucho más allá del punto en que todo está disponible para ser usado o visto por nosotros como seres humanos. Así que se aplicará tecnología que resulte en nuevos e interesantes mecanismos para evaluar, analizar, ordenar, estructurar y procesar este campo minado visual", explica.
Las máquinas capaces de aprender algoritmos pueden escudriñar este vasto almacén de datos y mejorar a medida que lo hacen.
Herramientas como FaceSearch, de Vigilant Solutions, analizan más de 350 aspectos de la cara humana, permitiendo comparar a sospechosos con una base de datos en la nube de más de 15 millones de fotos de prontuario.
Pero Roger Rodríguez, director de desarrollo de seguridad pública empresarial de Vigilant Solutions, dice que dicha tecnología también tiene bastantes aplicaciones en los negocios.
"¿Quieres atender a ese cliente exclusivo derrochador cuando entre en tu establecimiento?", pregunta. "La tecnología de reconocimiento facial puede enviar alertas instantáneas para alertar cuando ese cliente entra", explica.
"O podría ser utilizada en un crucero para registrar de vuelta a los pasajeros después de que hayan desembarcado para un excursión terrestre", agrega.
La otra cara de la moneda
Los negocios que buscan tener una ventaja competitiva ven la tecnología como algo revolucionario que "cambia las reglas del juego", aseguró.
Pero, ¿cuánta privacidad se estará sacrificando?
Un informe del Centro de Leyes de Georgetown sobre Privacidad y Tecnología estima que más o menos la mitad de los adultos en EE.UU. -más de 117 millones de personas- tienen imágenes suyas registradas en una red de reconocimiento facial de algún tipo, una tendencia que la organización de libertades civiles Electronic Frontier Foundation describe como una "amenaza real e inmediata" a la privacidad.
La Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU., NSA, ha estado recogiendo esas imágenes durante años.
Y las autoridades parecen más interesadas que nunca en usar la tecnología, invocando la seguridad y el orden público como las principales razones. Recientemente, se reveló que la ciudad de Nueva York planea instalar sistemas de reconocimiento facial en puentes y túneles para escanear e identificar a los conductores que entran y salen.
El la Unión Europea, dicha tecnología debe cumplir con la Directiva de Protección de Datos de la UE y, a partir de mayo del próximo año, con la Regulación General de Protección de Datos.
Pero Ruth Boardman, especialista en privacidad de datos de la firma legal internacional Bird & Bird, dice que los derechos del individuo variaran de un país de la UE a otro.
Además, la automatización de decisiones sobre seguridad basadas en escrutinios hechos con tecnología de reconocimiento facial plantea serios problemas de privacidad.
"Actualmente, en algunos países esto no es permitido", explica Boardman. "En otros, como en Reino Unido, se permite siempre y cuando haya salvaguardas adecuadas -por ejemplo, permitiendo que cualquiera que crea que se haya cometido un error pueda pedir una revisión de la decisión".
Servirá tal vez de alguna garantía, pero será de poco consuelo si te encuentras vetado de un lugar porque algún software de reconocimiento facial te haya confundido con un Al Capone moderno.