Nunca como ahora la humanidad ha almacenado tanta información.

Desde "selfies" hasta videos de viajes, pasando por documentos de trabajo, la música que nos gusta o las películas que nos emocionan.

Todo está grabado en discos que podemos tener a mano o en servidores lejanos.

Nuestra vida entera puede estar contenida en una computadora, de espacio limitado y sujeta al deterioro de los años y el uso.

"Estamos en una necesidad desesperada de encontrar un nuevo método de almacenamiento", señalan en un comunicado Siddharth Dhomkar y Jacob Henshaw, investigadores encargados del proyecto.

Y las ventajas extraordinarias del diamante no sólo son su dureza o sus millones de años de duración, sino también su capacidad.

Un pequeño brillante, tan pequeño como medio grano de arroz, puede contener la información que guardan cientos de DVD.

Con la tecnología adecuada, esta capacidad puede multiplicarse millones de veces.

Defectos útiles

"Los mejores amigos de las mujeres son los diamantes", cantaba Marilyn Monroe en la película "Los caballeros las prefieren rubias".

Pues ahora parece que lo son también de los programadores informáticos pero por una característica que no es precisamente la favorita de los joyeros: sus imperfecciones.

"A nivel atómico estos cristales son extremadamente ordenados, pero de vez en cuando aparece un defecto", precisan Dhomkar y Henshaw.

Un diamante está compuesto por átomos de carbono extremadamente unidos y encadenados, aunque a veces ese orden se rompe por un átomo de nitrógeno.

Es común también que junto a este átomo diferente haya un pequeño espacio vacío con la capacidad de atrapar pequeñas partículas de carga negativa (electrones).

Y es ese espacio el que los científicos están usando para grabar la información en lenguaje binario. Con pulsos láser extremadamente precisos pueden remover o poner un electrón.

Si el defecto tiene un electrón adicional equivale a 1. Si carece de un electrón es 0.

Es este sistema binario el que está en la base del lenguaje informático.

"Para siempre"

A diferencia de los discos de almacenamiento que son bidimensionales, el brillante puede contener información en distintas capas lo que multiplica su capacidad.

Además, si lo ponemos en términos de un DVD, los diamantes son regrabables y no pierden calidad ni se desgastan cada vez que se les vuelve a utilizar.

"Los defectos en estas piedras no cambian, y si no haces nada, tu información puede durar tanto como el diamante", señaló Siddharth Dhomkar al diario The New York Times.

Dhomkar insistió en que la información que almacenes "estará ahí para siempre".

El costo de los diamantes no parece ser una limitante para el proyecto.

Los investigadores aseguran que usaron brillantes de fabricación industrial de US$150.

En cambio, una dificultad que aún deben de superar es la de contar con un láser de mayor precisión para aprovechar el espacio microscópico dentro del cristal.

Si esto se consigue, quizá algún día el anillo de compromiso contenga también las fotos de la boda, los videos de la fiesta, los cumpleaños de los hijos y un etcétera tan largo como dure la felicidad del matrimonio.

"A más grande el diamante, más defectos puede tener y entonces tendrá más lugares para almacenar información", concluye Jacob Henshaw.

Y sin buscarlo, esta investigación le otorgó al mundo una razón científica para, ante la duda, elegir siempre el brillante de mayor tamaño.

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