Durante el mes de mayo, el mundo experimentó un ataque cibernético atribuido al virus WannaCry, que afectó operaciones de instituciones de alta importancia como Telefónica o el Servicio de Salud británica.
Se trataba de un código malicioso y sotisficado, que marcó un antes y después en matería de seguridad informática.
El ataque consistía en infectar a computadores que estaban en la misma red y, al hacerlo, encriptaba toda la información del equipo para luego cobrar un rescate al usuario que quisiera recuperarla.
De acuerdo a El Mercurio, Fabio Assolini, analista de seguridad senior de Kaspersky, explicó que "Chile fue el tercer país más afectados por WannaCry a nivel latinoamericano solo superado por México y Brasil, que son países mucho más grande".
En la publicación, se advierte además que en un mapa en un mapa elaborado por Matthieu Suiche, un reconocido especialista francés en seguridad informática, Chile es el único país que aparece en rojo.
Esto quiere decir que decenas de miles de computadores intentaron conectarse a uno de los dominios asociados a WannaCry y que los intestigadores descubrieron que servían para "desactivar" el virus. Para ese entonces, los especialistas habían "inscrito" esos dominios para que WannaCry no causara más daño.
El experto francés indicó que, al analizar las estadísticas posteriores, las infecciones bloqueadas desde Chile llegaron a 2.500 por día y sin esa "cura", la situación habría sido desastrosa.