La alta circulación de virus respiratorios que enfrentamos durante los meses más fríos aumenta la posibilidad de contagiarnos de enfermedades virales. En ese sentido, mantener una dieta saludable y privilegiar ciertos alimentos ayudarán a fortalecer las defensas del organismo.
La principal función del sistema inmune es protegernos de agresiones externas provocadas por microorganismos, alérgenos o agentes tóxicos.
Por esta razón hay que saber escoger los alimentos que se van a ingerir, ya que son la fuente de energía, vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para construir las defensas.
“Ningún alimento, de forma aislada, es enteramente responsable de mejorar o empeorar la salud, el resultado depende del proceso en su conjunto”, explica la nutricionista de Clínica Alemana, Andrea Valenzuela.
Entre los grupos de alimentos a los que se debe prestar especial atención figuran las frutas y verduras por su alto contenido en micronutrientes y antioxidantes, los pescados azules por contener Omega 3 (salmón, atún, jurel) y los lácteos por ser alimentos con gran cantidad de nutrientes fortificados en calcio, vitamina D, entre otros.
“La sugerencia es mantener una dieta mediterránea, la que incluye grandes cantidades de frutas y verduras, cereales integrales, grasas de buena calidad —como el del aceite de oliva y la palta—, y grasas Omega 3 de los pescados y lácteos de preferencia fermentados”, señala la especialista.
Virus respiratorios: se sugiere escoger los siguientes 8 alimentos
- Los cargados de vitamina C para una defensa extra contra los resfriados; como kiwis, naranjas, clementinas, limones y frambuesas.
- Berries, llenos de antioxidantes: arándanos, frutillas y maqui para combatir los radicales libres (aumento de riesgo de cáncer) y fortalecer el sistema inmunológico.
- Verduras poderosas como cebolla, ajo, repollo, kale, espinacas, coliflor y brócoli, repletas de antioxidantes y anticancerígenos. Además, los carotenos como zanahoria y zapallo.
- Pescados grasos como salmón, atún, mero, jurel y sardinas, una fuente de ácidos grasos Omega 3 y vitamina E para una protección completa.
- Carnes ricas en proteínas, hierro, zinc y vitamina B12; tales como el pollo, vacuno, cerdo, cordero (baja en grasa) esenciales para la producción de anticuerpos y nutrientes.
- Legumbres por su alto contenido de proteínas, minerales y fibra.
- Lácteos fermentados para cuidar tu flora intestinal con proteínas, vitamina D y probióticos.
- Huevos: la yema te entrega vitamina D mientras que las claras son una fuente de proteínas de alta calidad.
Es importante recordar que se debe mantener el cuerpo hidratado, evitar los alimentos procesados y mantener un estilo de vida saludable con actividad física, sueño de calidad y evitar el consumo de alcohol y tabaco.
Por otro lado, la suplementación con nutrientes específicos siempre debe ser revisada por un médico o nutricionista ya que los excesos de algunos micronutrientes no están exentos de riesgos.