"Destrozada" y "Humillada". Así terminó la cantante Taylor Swift luego que el DJ David Mueller le tocara el trasero mientras él y su novia posaban con ella para una foto en 2013 en Denver.

Así lo aseguró este miércoles Andrea Swift, madre y miembro del equipo de administración de la cantante, dijo al tribunal federal de Denver que, cuando regresaron al camerino de su hija, supo que algo no andaba bien.

"Cuando me dijo que alguien la había tocado, me sentí muy disgustada", explicó Andrea Swift, describiendo a su hija en aquel momento como "verdaderamente agitada" y humillada. "Sé lo que pasó. Lo escuché de la boca de mi hija", dijo al jurado.

"Ese tipo", añadió, apuntando a Mueller. "La agredió sexualmente". "Ese incidente nos destrozó absolutamente", añadió.

Frank Bell, ganador del Grammy y coordinador de radio, respaldó la versión de los hechos de Swift, diciendo que había hablado con ella inmediatamente después de la sesión de fotos. Bell dijo al tribunal que Swift le había dicho: "Ese tipo de la radio pegó su mano en mi falda y agarro mi trasero desnudo".

De acuerdo con Mueller, fue su jefe Eddie Haskell quien habría tocado las nalgas de la cantante mientras posaba con ella, y Haskell habría presumido de ello.

El DJ argumenta que dichas acusaciones son falsas. De hecho, tras aquel incidente, Mueller demandó en septiembre de 2015 a Swift por haberle hecho perder el empleo, al acusarlo frente a sus jefes de manosearla, y le exige 3 millones de dólares por pérdidas de ingresos y por daños.

Según él, el manager de Swift llamó a los ejecutivos de la radio Kygo para pedir que lo sancionaran. Lo despidieron. 

Pero un mes después, la cantante contraatacó y lo demandó por agresión sexual, acusándolo formalmente de haberle tocado el trasero aquel día.

 

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