Anke Zalisz se sienta y levanta las mangas de su blusa. En sus antebrazos luce los coloridos tatuajes de un bandido, una bailarina y una mujer con tocados de plumas. Zalisz trabaja hace 35 años como tatuadora en la ciudad de Colonia, Alemania. En ese tiempo ha realizado incontables trabajos de colores, una práctica que podría convertirse en un mero recuerdo si prospera una iniciativa de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés).
Esta entidad, con sede en Finlandia, ha recomendado eliminar del mercado las sustancias nocivas presentes en las tintas de colores de los tatuajes. Esto incluye los pigmentos de color Azul 15 y Verde 7, que se utilizan en la fabricación de dos tercios de los colores usados para tatuar.
Pocos estudios
La ECHA señala que estos pigmentos ya están vedados en la industria cosmética, según la normativa de la Unión Europea. Y lo que no se puede usar sobre la piel, tampoco debería poder usarse bajo ella, argumenta la agencia.
Se sospecha que las tintas para tatuajes contienen sustancias cancerígenas. Sin embargo, se sabe poco sobre los efectos que tienen, a largo plazo, estas partículas en el organismo. Incluso la ECHA admite que si bien estos productos químicos podrían ser perjudiciales para la salud, "las consecuencias de su uso son poco conocidas".
Los tatuadores, clientes y fabricantes de tinta se defienden en conjunto en Alemania ante la posible prohibición. A mediados de enero el tatuador Jörn Elsenbruch lanzó una petición en línea para "salvar las tintas de tatuaje". El objetivo: que el Bundestag y el gobierno federal tomen cartas en el asunto y presionen a la Comisión Europea, una movida que podría evitar una prohibición. La petición reunió hasta su fecha final, el 16 de febrero, más de 150.000 firmas. Esto asegura que el tema será abordado por el Parlamento.
Los tatuadores temen por su futuro
El 21 por ciento de los alemanes tiene tatuajes, según un estudio realizado por la revista "Apotheken Umschau” en 2019. Estas cifras muestran que el total de personas que lucen diseños en la piel se ha duplicado en los últimos siete años, pues en 2012 el porcentaje llegaba al 11,4 por ciento. Si los pigmentos Azul 15 y Verde 7 desaparecieran del mercado, la industria del sector sufriría enormemente en toda la Unión Europea. "No se puede tatuar sin colores”, dice a DW el tatuador Sven Schinke, quien teme que quienes se dedican al arte de tinturar la piel se vean empujados a la ilegalidad, encargando tintas a Estados Unidos o trabajando en negro. "Yo preferiría hacer mi trabajo tranquilo, sin estar con un pie dentro de la cárcel”, dice Schinke.
Su colega Dennis Klothen califica la norma como una "prohibición light". En su opinión, no hay estudios de largo plazo, pero sí existe la experiencia de los mismos tatuadores. "No hay filas de clientes enfermos de cáncer o a los que se les hayan caído los brazos", dice Klothen a DW.
Resistencia a la transición
Los países de la Unión Europea quieren debatir sobre la prohibición en abril. Si ésta llega a ser adoptada, habrá un período de transición de varios años. En ese lapso los pigmentos afectados podrán seguir siendo utilizados. Al mismo tiempo, se investigará sobre posibles alternativas para el Azul 15 y el Verde 7. Pero los tatuadores y los fabricantes de tintura dudan del éxito de esa búsqueda. "Los pigmentos son irreemplazables y con su prohibición enviarían al arte del tatuado de vuelta a la Edad de Piedra", escribió un fabricante que firmó la petición en línea.
A Dennis Klothen también le hace ruido el sentido del período de transición. "Si los pigmentos de verdad son dañinos o cancerígenos, ¿por qué podemos seguir usándolos en ese período de transición", se pregunta. "Me parece que nada de esto está realmente bien pensado”, agrega.