Los smartphones tal y como los conocemos están a punto de cambiar.
Un grupo de científicos ha desarrollado un material que pondría fin a uno de los mayores problemas de los teléfonos: los rayones y trizaduras de las pantallas.
Se trata de un compuesto polimérico auto-curativo, que puede alcanzar hasta 50 veces su tamaño original, por lo que los daños del dispositivo no tendrían por qué ser permanentes.
El material tiene la capacidad de reparar la parte frontal de un equipo en 24 horas, incluso cuando esté totalmente agrietada.
"Es un material de auto-curación que cuando es separado en dos partes, puede volver a juntarse como si nada hubiera sucedido, al igual que la piel humana", dijo Chao Wang, uno de los principales investigadores.
Inspirado en Wolverine
Wang, además, detalló el origen de su inspiración. "Cuando yo era joven, mi ídolo era Wolverine de los X-Men", agregó el científico. "Podía salvar al mundo, pero sólo porque podía sanarse a sí mismo".
No es primera vez que se presenta un material con propiedades regeneradoras. Algunos teléfonos ya están equipados con tecnología similar. Un ejemplo de esto es el dispositivo LG G Flex que cuenta con una carcasa autorreparable. Sin embargo, el invento de Wang marca un nuevo precedente, ya que tiene la capacidad de conducir electricidad, característica que le permitiría ser usado en pantallas.
Además de este proyecto, Chao trabaja en el desarrollo de una batería de iones de litio auto-curable, que también ayudará a reparar los teléfonos que se caen y así lograr que duren más tiempo.
En una entrevista para Business Insider, el investigador afirmó que el material que se utilizará para pantallas y baterías podría salir al mercado en los próximos tres años.