¿Has puesto alguna vez en duda tus capacidades o no te has sentido merecedor de tus propios logros? Si es así, es muy posible que padezcas el Síndrome del Impostor, patrón psicológico que hace que las personas, especialmente mujeres, estén constantemente con el miedo de no estar a la altura de las circunstancias, pese a tener –por ejemplo– una destacada trayectoria académica o profesional.
Al respecto, la psicóloga y docente de la Universidad del Alba de la sede Santiago, Sharon Retamal Meléndez, explica que “este síndrome tiene diferentes niveles y puede aparecer de manera temporal a partir de una experiencia o gatillante en particular, o por el contrario, puede convertirse en una situación crónica que se prolonga por más tiempo, afectando al individuo en las distintas esferas en las que se desenvuelve y desarrolla, como en los espacios personales, sociales, académicos, laborales, entre otros”.
El Síndrome del Impostor puede detectarse reconociendo esta condición como un “miedo encubierto”, sin mayor fundamento, que nos hace creer que no somos capaces de realizar una determinada labor.
“Este síndrome es muy frecuente en el trabajo, o en las aulas universitarias, en donde estudiantes que se presentan a exámenes obtienen buenos resultados, pero no están convencidos de su éxito. Generalmente esta experiencia suele ser bastante estresante dado que emergen pensamientos negativos y de desvalorización sobre el propio desempeño”, explica la docente, quien agrega que –según estudios– siete de cada 10 personas lo han padecido alguna vez en su vida, en su mayoría mujeres, según el estudio “The Impostor Phonomenon” (2011).
De perfeccionista a experto
Según diversos estudios de este trastorno, se han podido categorizar los siguientes cinco perfiles:
- Perfeccionista: su frase típica suele ser “lo pude haber hecho mucho mejor”.
- Superhumano: están permanentemente pensando en cómo mejorar sus “debilidades”.
- Genio natural: son quienes suponen que todo debe salir al primer intento.
- Individualista: escogen hacerlo todo por su cuenta y sin pedir ayuda a los demás.
- Expertos: pese a conocer a fondo una materia, consideran que no tienen un conocimiento real, con miedo a que los descubran.
Al respecto, la académica explica que, por lo general, todas las personas que padecen el Síndrome del Impostor tienden a ser inseguras, por lo que puede deberse a varios factores, tales como, las dinámicas familiares, estereotipos de género, la autoexigencia o las percepciones distorsionadas de uno mismo.
¿Cómo se enfrenta el Síndrome del Impostor?
Estas personas tienen niveles de estrés y ansiedad muy altos. Por esta razón, la especialista explica que es importante conocer herramientas para manejar los efectos de esta problemática y, de esta manera, no mermar por completo nuestra autoestima y salud mental:
- Reconocer los síntomas: Intentar comprender de dónde vienen los pensamientos destructivos.
- Dejar el perfeccionismo: Las personas suelen creer que son un fraude porque constantemente se comparan con un ideal imposible de alcanzar.
- Ser amable consigo mismo: Los pensamientos negativos que atormentan a los “impostores” dañan su autoestima e influyen en sus niveles de estrés y ansiedad. Por esta razón es importante desafiar estas ideas y reemplazarlas por otras más positivas.
- Declarar los éxitos como propios: Es necesario tener claro los logros, conocimientos y habilidades alcanzados a través de los años para aceptar y comprender nuestra posición actual.