Un perrito de Reino Unido escapó de su dueño adoptivo y recorrió alrededor de 65 kilómetros para intentar reunirse con su primera familia, sin saber que ellos lo habían abandonado en una perrera.
Todo comenzó el 1 de abril cuando el fotógrafo Nigel Fleming adoptó al can desde una perrera para que acompañara a “Molly”, su Golden Retriever. Al llegar a su nuevo hogar en Dungannon, “Cooper” se dio a la fuga.
Fleming no se dio por vencido y puso anuncios con la foto del perro en redes sociales y los barrios aledaños. Con la ayuda de otras personas y rescatistas organizó grupos de búsqueda y rastreo, pero por semanas no tuvo éxito.
Fue recién el 28 de abril que recibió información sobre el posible paradero de “Cooper”: Había sido avistado en Tobermore, Irlanda del Norte, ciudad en la que vive la familia que lo abandonó junto a su hermano en la perrera.
El perro recorrió casi 65 kilómetros sin refugio ni comida en búsqueda de la familia que lo dejó. Afortunadamente su nuevo amo, Fleming, viajó hasta Tobermore para volver a ofrecerle un hogar que lo recibiera para siempre.
"Está a salvo ahora, está comiendo comidas pequeñas para desarrollar su fuerza y recuperar algo de peso lentamente; ha perdido mucho peso y necesita desesperadamente un baño tibio, pero eso puede esperar hasta que esté más fuerte", aseguró el fotógrafo.
Por último sostuvo que "por suerte ahora él está en casa para siempre, pero he tomado algunas precauciones adicionales si alguna vez siente la necesidad de volver a escapar. Ha pasado por muchas cosas”.