La cuarentena sigue vigente en varios lugares del país, y uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos durante el confinamiento es la falta de sol.

A pesar de que los dermatólogos nos advierten constantemente de los problemas que los rayos solares provocan en la piel (quemaduras, manchas, envejecimiento prematuro y cáncer de piel), tomar sol en su justa medida y con protección es vital para nuestro organismo. Además de ser necesario para tener un buen estado de ánimo, el sol es el principal responsable de que nuestro cuerpo sintetice la vitamina D.

¿Para qué sirve la vitamina D?

En conversación con el medio español ABC, Salvador Ferrando, endocrino y nutricionista del Instituto Médico Ricart, inidca que “la vitamina D es esencial para el funcionamiento inmunológico. Es una de las encargadas de que, en caso de padecer una patología, no se produzcan respuestas agresivas de este sistema. La vitamina D tiene un carácter antinflamatorio muy potente. Además, afecta a los músculos, los huesos, a nuestra capacidad cognitiva y a nuestro estado de ánimo”.

Además, la cuarentena justo llegó en otoño, cuando la cantidad de sol disminuye naturalmente. Ferrado, por su parte, tiene claro que “los niveles de vitamina D van a ser más bajos de lo habitual, además de debilitar el sistema inmunológico, en personas que ya están afectadas de problemas óseos o musculares, como la fibromialgia o el síndrome de fatiga crónico. También es probable que las personas que padecen problemas mentales empeoren. E incluso puedan aparecer en aquellos que no estaban diagnosticados”.

¿Cómo evitar los efectos negativos de la falta de sol?

1) ¡Toma sol!

Al menos debemos tomar sol por 15 minutos al día, le indica al citado medio Ana Ibáñez, especializada en neurociencia y fundadora de Mindstudio, quien recomienda “abrir las ventanas, para ventilar la casa, llenarla de aire fresco y aprovechar para asomarnos. No sirve ponerse al sol con los cristales cerrados, ya que bloquearían el paso de los rayos y la formación de vitamina D".

"Si cuentas con una terraza, patio o balcón, toma el sol cada día. Si no, asómate a la ventana. Es importante no excederse. Será suficiente con que tomemos el sol 15 minutos en el tren superior (cara, cuello, brazos, pecho y espalda)”, dice la especialista, quien también aconseja evitar las horas donde el sol pega más fuerte y hacerlo entre las 10 y 11 de la mañana.

En cuanto a la protección solar, Ibáñez asegura que si son solo 15 minutos no es necesario, a menos que estés usando algún tratamiento que provoque irritación en la piel. Si tomas sol por más tiempo, siempre hay que usar protector solar y reaplicar cada dos horas.

2) Alimentación balanceada

También podría ser necesario incluir alimentos ricos en vitamina D a tu dieta. Según explica el nutricionista Ángel Soriano, miembro de Doctoralia a ABC, debemos “mantener una dieta rica en fruta, verduras y legumbres, así como no descuidar el consumo de pescado graso (como atún, salmón o sardinas) para obtener una buena fuente de vitamina D. Asimismo, es mejor evitar alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, en harinas refinadas y grasas”.

Pero también hay otros alimentos ricos en vitamina D, como el huevo, la carne roja y los lácteos enteros. Si consumes lácteos descremados, asegúrate que estén enriquecidos con vitamina D.

3) Suplementos nutricionales

Otra buena opción es consumir suplementos nutricionales. La farmacéutica Rocío Escalante dice que “no es fácil que nuestro organismo sintetice toda la vitamina D que necesita, ya que esta capacidad disminuye con la edad y también si sufrimos alguna patología intestinal. Por eso recomiendo tomar algún probiótico"

"Respecto a los suplementos de vitamina D, en cambio, solo es aconsejable tomarlos bajo prescripción médica, después de haber realizado un análisis de sangre”, concluye la experta.

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