Son atractivos, diferentes, te llenan de adrenalina y están de moda.
La popularidad de los deportes extremos ha crecido considerablemente en la última década, tanto entre los que se dedican a ellos de manera más profesional como entre los aficionados que quieren emular a sus héroes.
Uno de sus mayores exponentes de esta modalidad fue Dean Potter, quien murió el domingo durante un intento de salto BASE, una modalidad de paracaidismo desde un punto fijo, en el parque de Yosemite en California.
Potter, y su compañero Graham Hunt, murieron cuando intentaban un vuelo con traje de alas desde el promontorio de Taft Point, de 2.286 metros de altura, informó un portavoz del parque.
El salto BASE, acrónimo de las palabras en inglés building, antenna, span y earth(que se refiere a diferentes puntos fijos desde los que la persona se puede lanzar como un edificio, una antena, una cuerda colgante entre dos puntos y un acantilado), es una modalidad que posee un alto grado de riesgo, mucho mayor que un salto en paracaidas tradicional desde una aeronave.
- ¿Qué se considera como deporte extremo?
- No hay una definición específica, pero en general los deportes extremos son actividades que por su naturaleza ofrecen un elevado grado de peligro y riesgo. Suelen ser practicados más por individuos que por equipos. Los deportes más conocidos son paracaidismo, salto BASE, bucear por cuevas, ala delta, kitesurf, motocross, escalada o kayak por aguas rápidas, pero hay muchos otros.
¿Riesgos?
En uno de sus trabajos, el estadístico británico David Spiegelhalter buscó establecer qué tan riesgosos eran los deportes extremos que habían impulsado una industria de millones de dólares en el mundo.
El montañismo en las cumbres más altas de la Tierra tiene una medida de riesgo muy elevada.
Basado en un mundo en el que el riesgo forma parte de la vida, Spiegelhalter estudió diferentes disciplinas para establecer su nivel de riesgo en cuanto a una medida de micromuerte.
Esta unidad, introducida por investigadores de la Universidad de Stanford en los años 70, define el riesgo de muerte al que está expuesto cada persona dependiendo de la actividad que realiza, o lo que es lo mismo la probabilidad de muerte de uno entre un millón.
Tomando como referencia una estadística de la Asociación de Paracaidismo de Estados Unidos, Spiegelhalter pudo comprobar que de los 2,6 millones de saltos anuales entre 2000 y 2010 hubo 279 muertos, unos 25 al año, lo que equivale a un riesgo de 10 micromuertes por salto.
Los saltos BASE son mucho más riesgosos que lanzarse de una aeronave.
Mucho más peligrosa es la práctica de salto BASE.
En uno de los lugares más populares y que se considera más seguro, en el macizo de Kjerag en Noruega, de 20.850 saltos en 11 años hubo nueve muertos y 82 accidentes, o lo que es lo mismo 430 micromuertes por salto.
Estas cifras siguen siendo mucho menor al riesgo al que una persona se expone al ascender a las cumbres de más de 8.000 metros sobre el nivel del mar del Himalaya, por ejemplo.
Teniendo en cuenta que de los 20.000 montañistas que las escalaron entre 1990 y 2006 hubo un estimado de 238 muertos, el nivel de riesgo presenta una media de 12.000 micromuertes por escalada.
Otro estudio, algo más antiguo, sobre expediciones de montañistas británicos, mostró que de 533 personas 23 perdieron la vida, lo que es igual a 43.000 micromuertes por escalada, lo que supera al promedio de un misión de bombardeo de la Segunda Guerra Mundial.
Tras los pasos extremos
Según un estudio liderado por la doctora Vani J. Sabesan, presentado en 2014 ante la Academia de Cirujanos Ortopédicos de Estados Unidos, más de cuatro millones de lesiones en un período de 11 años se han atribuido a la práctica de deportes extremos.
Bucear tiene un riesgo parecido al de correr una maratón.
"La gente joven suele mostrar poco juicio. Ellos ven a Shaun White (estrella de snowboard) elevar el deporte a un nivel completamente distinto y muchos chicos tratan de emular sus trucos", dijo Sabesan, profesora de cirugía ortopédica de la escuela de medicina de la Universidad Western Michigan.
La cirujana agregó que también es un problema cultural que da luz verde a que los chicos intenten hacer esas maniobras, y además compartirlos sus logros por las redes sociales.
Pero, ¿son en verdad estos deportes más riesgosos que una actividad de la vida diaria?
A fin de cuentas la principal recomendación que brinda la doctora Sabesan para reducir el número de lesiones no se debe al deporte en sí, sino a la falta de prevención que asumen quienes lo practican, que no aplican suficientes medidas de seguridad.
Parte de la vida
Al igual que actividades más tradicional como bucear, que registra un promedio de 8 micromuertes por sumersión, o correr un maratón -7 micromuertes por cada 42.192 metros- la mayoría de los deportes extremos ofrecen un riesgo que puede ser aceptado como normal de unas 10 micromuertes por actividad.
Según explicó Spiegelhalter, una micromuerte es aproximadamente el riesgo que asumimos cada día por simplemente vivir, una cifra que puede variar dependiendo de la edad de la persona.
Subir a una escalera para pintar la casa equivale a un riesgo de una micromuerte, que es igual al riesgo al que estamos expuestos diariamente simplemente por vivir.
Las 10 micromuertes que promedian los deportes extremos, por ejemplo, equivalen al riesgo que tiene de morir un hombre de 30 años durante cuatro días de su vida, que se reduce a un día si esa persona tiene 50 años.
Los cierto es que son muchas la variables para determinar los riesgos y más las opciones que tienen las personas para decidir cómo quieren aprovechar su "ración" de micromuerte al día, como conducir un automóvil durante 400 kilómetros, rodar 32 kilómetros en bicicleta, esquiar o simplemente subir a una escalera para adornar la casa.
Pero como ninguna de estas actividades son tan atractivas, o diferentes, o te llenan de adrenalina y ni están de moda no es extraño entender el por qué la gente prefiere aumentar el riesgo o número de micromuertes a su vida diaria.