Estamos en una fiesta, hay música, ruido de copas, carcajadas de otras personas, distintos tipos y tonos de voces y aún así, logramos mantener una conversación (o al menos lo intentamos)

Esta habilidad que tenemos los humanos, de concentrarnos en una conversación en un ambiente ruidoso es lo que se conoce como el "efecto de la fiesta de cóctel".

Es un fenómeno común de mucho interés para los investigadores que buscan mejorar la tecnología de reconocimiento del lenguaje.

Y ahora, científicos pudieron determinar qué hace nuestro cerebro para poder filtrar el ruido de lo que realmente nos interesa.

Para ello, expertos de la universidad de Berkeley, California, realizaron grabaciones directas que revelaron lo que ocurre en nuestra cabeza que podemos tener un diálogo en una habitación ruidosa.

Los neurocientíficos hicieron un seguimiento al comportamiento del cerebro de siete voluntarios en pruebas diseñadas para recrear el momento en que un discurso ininteligible de repente tiene sentido.

El equipo midió la actividad cerebral cuando los sonidos ininteligibles se hicieron claros, es decir cuando revelaron el significado del "lenguaje confuso".

Los participantes fueron pacientes con epilepsia quienes -como parte de su tratamiento- ya tenían electrodos implantados en su cerebro para llevar un registro de sus convulsiones.

Momento de iluminación

Primero los expertos tocaron a cada participante un audio muy distorsionado con una frase ininteligible que casi nadie pudo entender.

Luego reprodujeron el audio de esa frase en un todo normal, para después volverlo a tocar distorsionado.

"Tras escuchar la frase intacta, todos los voluntarios pudieron entender la 'versión ruidosa'", escribieron los expertos en el estudio publicado en la revista Nature Communications.

Las grabaciones del cerebro mostraron este momento de reconocimiento como patrones en áreas del cerebro que se sabe están asociadas con procesar sonido y entender el lenguaje.

Cuando los participantes escucharon la frase muy distorsionada, los científicos vieron muy poca actividad en esas partes del cerebro.

Mientras que escuchar la oración inteligible desencadenó patrones de actividad en esas áreas del cerebro.

Hasta ahora expertos no habían podido determinar cómo se altera la naturaleza de la respuesta del cerebro cuando escuchamos una frase distorsionada antes y después de saber qué es.

Las áreas de audición y procesamiento del habla se iluminaron y cambiaron su patrón de actividad, aparentemente sintonizando las palabras entre la distorsión.

Evidencia tangible

"El cerebro cambia la forma en que se concentra en distintas partes del sonido", se lee en el estudio.

"Cuando los pacientes escucharon primero las oraciones, la corteza auditiva (la parte del cerebro asociada con el procesamiento de sonido) mejoró la señal del habla".

Christopher Holdgraf, jefe de la investigación señaló que ahora están empezando a estudiar relaciones más sutiles y complejas entre la actividad del cerebro y el sonido.

"En vez de mirar donde, estamos fijándonos en los detalles de cómo la actividad cerebral cambia con el tiempo, y cómo esta actividad se relaciona con las características en el sonido", señaló.

El especialista agregó que trabajos como el suyo permite entender mejor los mecanismos de percepción.

"Al entender las formas en que nuestro cerebro filtra el sonido, esperamos poder crear dispositivos que ayude a la gente con problemas de audición".

"Es increíble ve lo rápido que es el cerebro", agregó el profesor Robert Knight, coautor del estudio.

"Esta es la primera vez que tenemos alguna evidencia de cómo funciona de verdad en humanos".

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