¿Sabías que la persona especializada en electroencefalografía es el electroencefalografista?

Si sentiste algo al leer la pregunta, esta nota es para ti, pues te acabas de enfrentar a la palabra más larga (electroencefalografista) según el diccionario de la Real Academia Española.

El temor irracional a las palabras largas o complejas representa uno de los miedos más curiosos y menos comprendidos en el ámbito de las fobias específicas. 

Su propio nombre, hipopotomonstrosesquipedaliofobia (sí, una cruel ironía), provoca ansiedad en quienes lo padecen, al enfrentarse a una palabra desconcertadamente extensa.

Aunque su nombre parezca irreal, proviene del término latino “sesquipedali”, que significa “de un pie y medio”, y del griego “phobos”, que significa “miedo”.

El tratamiento para esta fobia incluye terapias cognitivo-conductuales (TCC), que ayuda a los pacientes a enfrentar y desensibilizarse gradualmente de sus miedos. También hay casos que requieren el uso de medicamentos para manejar la ansiedad.

“Nuestro enfoque se centra en entender el origen del miedo de cada paciente y desarrollar estrategias específicas para superar sus desafíos únicos”, explican en el Instituto NOA, una clínica de salud mental de Sevilla, España.

Si bien el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) no ha reconocido esta fobia de manera oficial, su singularidad ha acaparado la atención de distintos campos de estudio

El origen de la hipopotomonstrosesquipedaliofobia

Se estima que este temor puede ser ocasionado por traumas infantiles. Es decir, los niños que alguna vez tuvieron problemas para leer y que sufrieron una experiencia negativa en las pruebas de ortografía, podrían desarrollar un rechazo a situaciones en las que se deban enfrentar a palabras muy largas.

Esta situación podría explicarse en parte por el proceso de aprendizaje de lectura durante la infancia. Pero considerando que la ciencia todavía no logra comprender por completo esta fobia, también hay quienes sugieren que podría existir un componente familiar o genético en su origen.

Sobre esto último, algunos estudios en el campo de la epigenética estiman que algunos miedos pueden surgir por interacciones entre genes y el ambiente en el que se desarrolla una persona. Pero estos orígenes normalmente son difíciles de rastrear y más complejos que en otras fobias. Por ejemplo, el miedo al mar, la talasofobia, se explica fácilmente por una experiencia traumatizante relacionada con el agua.

Los síntomas de la hipopotomonstrosesquipedaliofobia no son muy distintos a los de otras fobias específicas. Transpiración, boca seca, mareos, temblores, dificultad para respirar, entre otros, pueden surgir al enfrentarse a palabras demasiado extensas, sobre todo si hay que leerlas bajo cierta presión, como en un examen.

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