En Semana Santa la tradición religiosa invita a la vigilia y por esto muchos católicos se abstienen a consumir carnes rojas como la de res o de cerdo. En este escenario, los pescados y mariscos surgen como alternativa prioritaria, pese a que su consumo debiese estar en primer orden jeràrquico.

“El pescado es muy bueno por su composición: tiene proteínas, aminoácidos esenciales y ácido graso omega-3. Estos ácidos tienen efectos en el desarrollo del sistema nervioso y visión en los niños y en los adultos previene episodios de enfermedades cardiovasculares. Además disminuye el coresterol, los triglicéridos y la aparición del sistema metabólico“, dice María Luisa Aguirre, jefa del departamento de nutrición de la Clínica Dávila, en conversación con T13.cl  

La Organización Mundial de la Salud detalla que los ácidos grasos ω-3 (omega-3) “son ácidos grasos esenciales poliinsaturados de cadena larga, necesarios para una buena salud y un desarrollo adecuado”. En el caso del aporte de los pescados la OMS indica que “contienen ácidos docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA), de cadena más larga, denominados ácidos grasos `esenciales` porque el organismo no puede producirlos por sí mismo, por lo que se deben ingerir en cantidad suficiente”.

En Chile se estima que una persona consume 7 kilos de pescado cada año, cifra que está muy por debajo de los 37,5 de ave, 26,6 de cerdo y 24,4 de vacuno,  según cifras del Instituto Nacional de Estadística.

Los pescados se dividen según distintos criterios, como por ejemplo, el contenido graso. Los blancos son aquellos que poseen un porcentaje menor a  2,5 de grasa, tales como el Congrio, Corvina, Merluza y Lenguado. Los semi-grasos tienen un porcentaje de grasa entre 2,5 y 6% y destaca la Albacora, Lisa, Pejerrey, Reineta, Tollo, Besugo. Finalmente están los azules o grasos, cuyo aporte es mayor que 6%. En esta categoría está el Atún, Caballa, Cojinova, Jurel, Salmón, Sardina, Trucha.

La nutrióloga de Clínica Dávila dice que  “los pescados más aceitosos tienen mayor aporte de ácidos grasos omega-3” y como tal deberían ser “un ingrediente fundamental en nuestra alimentación”.  Eso sí, aclara que deben ser consumidos frescos y evitar comer con frecuencia los productos envasados.

“Todos los alimentos que vienen envasados tienen mayor contenido de sodio. Uno tiene que evitar comer ese tipo de pescado en forma frecuente. Lo debe consumir a lo más una vez a la semana. Uno debe privilegiar el pescado fresco”, analiza la profesional.

Con respecto al consumo y preparación, la experta indica que debe ser siempre cocido y evitar freirlo. Además, añade que como mínimo deberíamos consumir dos veces a la semana en una cantidad de 120 gramos por porción.

MARISCOS

En esta fecha los mariscos también ocupan un lugar privilegiado en las cartas de restaurantes y en la cocina.  Con respecto a su consumo los especialistas recomiendan que debe ser 100 gramos (1/2 taza) una vez a la semana como máximo, debido a que tienen un mayor aporte de colesterol.

De hecho, si una persona tiene dislipidemia (niveles de colesterol alto) se recomienda evitar el consumo de jaiba, erizos, camarones y langostinos.

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