Puede ser en respuesta a un dolor extremo, a un choque emocional o a una escena emotiva de una película.

¿Cuántas veces nos sorprendemos a nosotros mismos sollozando cuando miramos una película, aunque sea de personajes animados como Dumbo o Buscando a Nemo?

Llorar es algo tan común que rara vez nos planteamos cuáles son las razones científicas que lo explican o qué efectos tiene esto en la salud.

Y los humanos son los únicos seres vivientes que lloran en respuesta a las emociones o al dolor.

Por qué se produce esto es una de las preguntas que aún se hacen los científicos.

Pero sí sabemos que hay tres diferentes tipos de lágrimas.

Y cada uno cumple una función diferente.

Basales, reflejas y psíquicas

"La primera es la lagrima basal, y su función es esencialmente mantener lubricado y libre de polvo al ojo", le dice a la BBC el doctor Nick Knight, del West Middlesex hospital del Reino Unido.

"El segundo tipo es la refleja. Si, por ejemplo, algo te irrita, como cuando cortas una cebolla o si el ojo entra en contacto con gases lacrimógenos".

"Este es el tipo de lágrimas que vas a producir, y el objetivo es limpiar al ojo de partículas extrañas o sustancias irritantes".

El tercer tipo, según el doctor Knight, "es la lágrima producto del sollozo, que es resultado de un amplio espectro de emociones, y es la más importante. "

"Puedes llorar por un dolor intenso, por tristeza, felicidad... Se le llama lágrima psíquica y es la que genera más interés entre los científicos", le dice a la BBC.

Sin embargo, la lágrima psíquica continúa siendo un misterio, según el investigador de la unidad de ciencia de la BBC Adam Rutherford.

"Es un tema que no ha sido muy investigado. No se sabe por qué lloramos en respuesta al dolor físico o a un trauma emocional o incluso en momentos de felicidad. Pero ya que somos seres sociales, puede ser una forma de manifestarle a los demás nuestro estado mental y buscar consuelo", explica Rutherford.

Una forma de comunicación

Charles Darwin sostenía que las lágrimas psíquicas o las que responden a la emoción, no tienen ningún propósito.

Para él, las lágrimas en general tenían un sólo propósito: proteger el ojo.

Sin embargo, Claudia Hammond, autora del libro "Emotional Roller Coaster" o "Torbellino Emocional", señala que hoy en día los psicólogos piensan que las lágrimas psíquicas sí tienen un propósito, aunque hay un debate en relación a cuál exactamente es.

"Muchos psicólogos piensan que es una forma de comunicación y que si lloras, usualmente la gente simpatiza contigo, o si te están maltratando, llorar les hace saber que están llendo demasiado lejos", explica Hammond, de la Unidad de Ciencia de la BBC.

Y hay evidencias de que dar una buena llorada tiene efectos positivos en la salud mental.

En 2015, el psicólogo holandés Ad Vingerhoets, de la universidad de Tilburg, en Holanda, le pidió a un grupo de voluntarios que llenaran formularios explicando cómo se sentían antes de mirar dos películas muy emotivas. Posteriormente llenaron el mismo formulario inmediatamente después de mirar el filme, 20 minutos después y dos horas después.

Los resultados fueron muy claros. Quienes no lloraron, no reportaron ningún cambio en su estado psíquico. Los que sí, señalaron que su estado de ánimo había mejorado significativamente.

En otras palabras, llorar había tenido un efecto catártico. Ese es otro ejemplo de cómo la gente se siente mejor después de una buena llorada.

Los estudios señalan que sollozar tiene efectos inmediatos en el cuerpo. "Todo nuestro cuerpo siente el efecto, los latidos del corazón se aceleran, las venas y arterias se dilatan, el cuerpo suda más y el ritmo respiratorio se desacelera", señala Adam Rutherford.

Todo esto ocurre porque el sistema nervioso simpático, el mismo que nos prepara para la acción o que responde ante una amenaza, se activa en respuesta al estímulo.

Las investigaciones señalan que hay razones culturales que también determinan cuánto lloramos. Las mujeres lloran 5,3 veces en promedio por mes y los hombres 1,3 veces por mes.

Esto por supuesto se debe a razones de género, y no hay que hacer muchas investigaciones para llegar a esa conclusión.

 

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