Tinder es una aplicación que cuenta con millones de usuarios de 190 países. Todos con un propósito en común: encontrar una cita.
Uno de sus usuarios es el periodista Jason Laughlin, quien cuenta a través de su columna en Philly que cuando tenía 30 años decidió unirse tras la recomendación de un amigo.
Sin embargo, decidió hacer un experimento: ocultar toda huella de la enfermedad congénita que padece desde su nacimiento y por la cual tiene movilidad reducida y necesita de muletas para caminar.
Su idea era ver como reaccionaban las mujeres en la aplicación. Esto pues si bien ha logrado vivir una vida normal, con un buen trabajo y fuertes amistades, no ha tenido tanto éxito con las mujeres.
"Desafortunadamente, si alguien te da una oportunidad en aplicaciones como Tinder o Bumble depende, en gran medida, de cómo te ves. Con mis 'deformidades' (N. de la R. es la palabra que ocupa) visibles, estoy seriamente en desventaja desde el principio", comentó en su blog.
Según cuenta, una vez que borró sus fotografías con muletas, comenzó a tener mayor éxito en la aplicación, "Al borrar mis limitaciones físicas, tuve una idea de lo que se sentía la 'normalidad'" agregó.
En un inicio, el experimento realizado por el periodista lo hizo sentirse en un entretenido “juego de rol”, pues esto le permitía de forma anónima estar en un mundo del que siempre quiso participar.
Sin embargo, luego de un tiempo, la entretención paso a angustia al sentir que estaba engañando a las personas, por lo que desistió de seguir. "Sería injusto no permitir que estas mujeres supieran cómo me veía antes de conocerme, así que les expliqué mi situación", confesó.
Resultados
Algunas de las mujeres con las que Laughlin conversó no tuvieron problema en seguir e incluso concretar una cita. Sin embargo, todo terminó en nada.
Otras, le dijeron sin tapujos que no querían salir con personas discapacitadas. Esto, dice, no lo afectó. Las que realmente le hicieron sentir mal fueron aquellas mujeres que comenzaron a responder los mensajes con menos frecuencia, sin decirle de frente que no querían tener una cita con él.
"Injusto, ¿no?. Excepto que, en realidad, yo no soy mejor que ellas. He pasado a la izquierda (rechazado) sin pensar un segundo cuando alguien tenía sobrepeso o demasiados tatuajes o no me parecía atractiva", concluyó Jason Laughlin.