Es el precio que tienen que pagar muchos deportistas que se esfuerzan a diario para ser los mejores en su disciplina. Los callos son un mecanismo que tiene el cuerpo humano, para defender a la piel de heridas ulcerosas provocadas por el constante roce, ya sea repetitivo o prolongado, especialmente en las zonas de las extremidades inferiores.

Sin embargo, un estudio publicado por la revista Nature sostiene que lejos de ser un castigo a la constante exposición de nuestro cuerpo, los callos tienen una función muy importante, ya que otorgan una protección al cuerpo similar a la nos entregan los zapatos que se utilizan diariamente; aunque su estética y el dolor que provocan, hacen pensar que tienen consecuencias nocivas para nuestra salud corporal.

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El estudio, que tuvo como muestra a 103 personas distribuidas entre Kenia y EE UU, se centra en evaluación de los efectos de las callosidades que tuvieran gran espesor. Los resultados arrojaron que, si bien no es recomendable tener este tipo de “heridas”, éstas no alteran la sensibilidad de los nervios en las plantas de los pies, a diferencia de lo que suele creerse.

Uno de los autores de este estudio, el paleoantropólogo estadounidense que actualmente trabaja en la Universidad de Harvard, Daniel E. Lieberman, explica que con el estudio no quieren decir que tener callos sea bueno:Los zapatos protegen más el pie, pero los callos nos permiten sentir mejor el mundo. Así que si regularmente andas descalzo, como solían hacer nuestros ancestros, sí es bueno tener callos”, señaló el científico.

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