“Me duelen los huesos, parece que va a llover”. Si no eres de los que obedece las señales de su cuerpo para vaticinar un día de precipitaciones, seguro que al menos has escuchado la frase.
Y si piensas que se trata de un mito o de una simple creencia popular de la época de nuestros padres o abuelos, debes saber que no. Los huesos sí pueden doler cuando va a llover y esto tiene una explicación.
El doctor Sebastián Ugarte explicó este viernes en Tu Día que “cuando hay cambios de la presión barométrica hay cambios también dentro de nuestro cuerpo, y hay particularidades”.
“Uno, es que si vemos las articulaciones, tienen líquido en su interior y el líquido tiene cambio en comportamiento en todas estas partes donde hay huesito; en el pecho, rodilla, donde hay uniones entre un huesito y un cartílago, un huesito y otro, en muchas partes. Algunas articulaciones más complejas tienen líquido sinovial, y esto con los cambios de la presión barométrica, hay cambios. Cuando estos cambios son muy bruscos, también son más bruscos en nuestras articulaciones”, continuó.
Pero eso no es todo. El doctor Ugarte también contó que “en torno a nuestros huesitos hay una estructura más rígida, que es la ósea, y hay una estructura alrededor que tiene vasitos, que perfunde, que llega sangre, que es el periostio”.
“Y ese periostio, con los cambios de presión barométrica que ocurren justo antes de una lluvia intensa o con los cambios de clima muy bruscos, también se producen sutiles cambios que afectan la perfusión y generan dolor”, añadió.
El doctor destacó finalmente que “todo esto son teorías, porque no está la respuesta 100% precisa, pero en estudios publicados por ejemplo en Europa, donde hay algunas zonas donde hay cambios climáticos muy bruscos, han estudiado este fenómeno y han visto que aquellas personas que han tenido antecedentes de traumatismo, de fractura, o que sufren de alguna lesión articular, el dolor se activa cuando hay estos cambios de clima”.