La música y danza son parte fundamental de los más de 5o grupos étnicos en China; perdidos en montañas, o alejados de la civilización moderna, los aldeanos cantan su vida y celebran sus momentos importantes con baile. En medio de eso nació Yan Liping, la bailarina más famosa de China, y una que se ha preocupado de rescatar la cultura milenaria de danza de su tierra, y poniéndola en escenarios del mundo.

Yang Liping nació en una aldea como parte de la etnia Bai, y siempre amó la música y el baile; ya de adolescente se unió a una compañía. Los Bai tienen un baile tradicional en honor a los pavos reales, y pronto Yang Liping comenzó a ser la estrella de la danza, imitando los movimientos de la naturaleza con sus extremidades; nunca ha tenido formación formal, y dice que son las aves, los animales, las flores y las plantas, las que deben inspirar su movimiento.

Limitada creativamente por grandes compañías, Yang Liping decidió emprender coreografías en solitario, y en 1986, a los 28 años, brilló con su puesta en escena del Espíritu del pavo real, la que ganó una competencia nacional. Desde entonces la bailarina se convirtió en una estrella en China entera.

En los años siguientes siguió trabajando, y emprendió su mayor proyecto como coreógrafa; una trilogía que comenzó con Dynamic Yunnan; para esa danza, Yang Liping viajó por años por la provincia de Yunan, que tiene ocho etnias mayoritarias, explorando sus culturas, recogiendo músicas y baile, y reclutando a aldeanos con facilidad para el movimiento y sabiduría pasada de generación en generación. Yang Liping pasó años en este trabajo de recolección y decidió llevar esta cultura y a sus exponentes al público, y sus espectáculos se convirtieron en un éxito sin igual en China, ganando varios premios y siendo aplaudidos por enormes cantidades de público. Ha llevado también sus coreografías a otras latitudes, convirtiéndose en una embajadora cultural de las partes más remotas de China y su folclor.

Publicidad