En varios países latinoamericanos se marcha en contra de la violencia de género bajo el slogan: “Ni una menos”. Quien acuñó la frase es la poeta mexicana Susana Chávez.

Chávez fue una de las primeras personas en denunciar a mediados de los 90 los asesinatos sistemáticos de mujeres que ocurrían en su natal Ciudad Juárez. Con su frase, que originalmente era “Ni una menos, ni una muerta más”, Susana salió a la calle a protestar contra el femicidio y la violencia hacia la mujer en la que se considera uno de los lugares más violentos del mundo.

Su participación en el movimiento por la defensa de los derechos humanos de las mujeres incluía su presencia en manifestaciones civiles donde leía su obra poética, la realización de cortos documentales y cualquier actividad que le permitiera decirle al mundo lo que estaba pasando en Ciudad

Juárez. Aquí nació el emblema de esta lucha “Ni una menos, ni una muerta más”, que hacía referencia a los más de 700 casos de mujeres asesinadas y desaparecidas que se encontraban sin resolver entre 1995 y 2011. Fue gracias a Susana y su obra artística que el resto del planeta pudo comenzar a dimensionar lo que ocurría en México, donde la mayoría de las víctimas eran mujeres pobres a las que su muerte nadie parecía importar demasiado.

El 6 de enero de 2011, con 36 años, Susana iba a juntarse con unas amigas cuando se encontró con tres jóvenes de 17 años, alcoholizados, quienes brutalmente la violaron, mutilaron y le dieron muerte asfixiándola con una bolsa. Si bien su asesinato se esclareció como un encuentro desafortunado y no por causa de su activismo, la mataron por ser mujer.

La poesía de Susana todavía sigue activa en su blog. Sangre Nuestra es es un homenaje a las mujeres mexicanas asesinadas en Ciudad Juárez.

Sangre mía,

     de alba,

     de luna partida,

     del silencio. 

     de roca muerta,

     de mujer en cama,

     saltando al vacío,

Abierta a la locura.

Sangre clara y definida,

     fértil y semilla,

Sangre incomprensible gira,

Sangre liberación de sí misma,

Sangre río de mis cantos,

Mar de mis abismos.

Sangre instante donde nazco adolorida,

Nutrida de mi última presencia.

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