En julio de 2002, en Pakistán, Mukhtar Mai tuvo que caminar casi desnuda por su aldea luego de haber sido violada por cuatro hombres, mientras varios más miraban. El castigo dictado a esta mujer por un consejo tribal se dio debido a que su hermano Abdul -de 12 años en ese entonces- fue acusado de tener relaciones sexuales con una mujer de casta mayor del clan Mastoi, algo prohibido. El menor aseguró que en realidad fue violado y no se quedó callado al respecto. Luego de enredos posteriores, su hermana fue enviada a enmendar problemas entre tribus, y usando la venganza en nombre del honor de las tribus de la región, fue violada.
El incidente, que causó gran revuelo a nivel internacional, fue denunciado por Mai ante la policía pakistaní ignorando el consejo de su familia: guardar silencio. En su país los casos donde las mujeres son víctimas suelen quedar impunes, y muchas mujeres que han sido violadas se suicidan tras la humillación pública y la condena cultural. Pero Mai logró llevar el caso hasta el Tribunal Supremo, el que en un principio condenó a muerte a seis involucrados, cuatro violadores y dos cómplices; la defensa apeló y actualmente se encuentran encarcelados.
Mukthar Mai se convirtió entonces en una activista por las mujeres. Gracias a la indemnización que recibió del gobierno de Pakistán por su caso creó una ONG con su nombre. También instaló en su pueblo natal, Meerwala, una escuela de niñas y un centro de ayuda para las mujeres con el fin de que estas puedan denunciar casos, mediante un abogado, otorgado por el mismo centro. Además publicó un libro:, “Deshonrada”, traducido a varios idiomas. En él cuenta sobre el crimen del que fue víctima así como también explica cómo viven a diario las mujeres en su país.
En 2005 Mukhtar recibió la medalla de la valentía y coraje entregado por el gobierno de Pakistán, y fue galardonada como la Mujer del Año por la revista Glamour. La activista ha dado charlas e incluso se hizo una ópera, “Thumbprint” que narra lo que vivió.