La muerte de Marielle Franco en marzo de 2018 conmocionó a Brasil y al mundo, generando una serie de manifestaciones callejeras. Mujer, joven, de raza negra y de bajo estrato social, su historia fue un ejemplo de cómo teniendo todo en contra se puede alzar la voz contra la injusticia, el racismo y el machismo. Marielle era concejala en Río de Janeiro luego de años de activismo en la defensa de los derechos de las mujeres -especialmente las más discriminadas- y la denuncia de los abusos policiales.

Nació en la Maré, una de las favelas más peligrosas de Río, logró ganar una beca y así estudió sociología en la universidad. Luego participó de organizaciones como la Brasil Foundation  y el Centro de Acciones Solidarias de la Maré, y más tarde conoció a Marcelo Freixo, defensor de los DDHH y diputado del Partido Socialismo y Libertad. Franco fue su asesora y así se convirtió en la quinta concejal más votada de Rio en 2016, con 46.000 votos. A sus 38 años, lesbiana y madre soltera, se había convertido en una potente política en terreno; durante la última celebración del Carnaval estuvo liderando la campaña “No es No” en contra del acoso y también denunció los abusos por parte de fuerzas policiales en las favelas de la ciudad. De hecho su tesis del máster en Administración Pública se trató del fallido proyecto de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP).

“¿Cuántos más será necesario que mueran para que esta guerra acabe?”, se preguntaba la concejala en Twitter un día antes de ser baleada en una calle del centro luego de participar en un acto político. 14 balazos recibió su auto dejándola sin vida a ella y a su chofer.  Según las autoridades brasileras, el crimen fue hecho por pistoleros pero los últimos peritajes han arrojado que las balas pertenecían a municiones policiales que habrían sido robadas. Organizaciones como Amnistía Internacional han exigido una investigación rigurosa del asesinato de Marielle, destacando sus críticas frontales a los abusos policiales y a la intervención de los militares.

Hasta hoy la justicia brasileña no se ha esclarecido todas las responsabilidades por su muerte.

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