Se entregó a la poesía, política, periodismo y a la literatura. En un entorno masculino, emprendió el largo camino para la defensa de los derechos y la participación política de las mujeres en su país. Con apenas 20 años ya acudía a las fábricas a hablar a obreros y obreras; a las provincias del Perú dando conferencias para estudiantes y campesinos; en el norte del país, convenciendo a las mujeres de que era necesario el voto femenino; en la capital, fundando revistas vanguardistas; en Bolivia, escribiendo en un boletín político; o exiliada en México, fundando una organización indoamericana que con el tiempo se convertiría en la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA).
Aunque hoy apenas se encuentran referencias suyas en la fundación de APRA; Tal vez porque Magda Portal fue una activa impulsora del voto y la participación política de las mujeres, lo cual fue censurado por sus compañeros de partido, Haya de la Torre entre ellos. Portal protestó duramente en el Comité Ejecutivo Nacional, ya que en el II Congreso Nacional Aprista no se quiso conceder el voto a las mujeres ni se les quiso reconocer como miembros del partido sino solo como “simpatizantes”. Ante esto, Magda Portal se levantó con un grupo de mujeres y señaló en voz alta: ‘¡Esto es fascismo!’”. Nunca más volvió al partido.
Fue una mujer inspiradora e inspirada por otras grandes mujeres como Ángela Ramos, María Parado de Bellido, Zoila Aurora Cáceres, Flora Tristán o Micaela Bastidas, entre otras.
En su obra, el mar, la cárcel, el viento, son símbolos que evocan la soledad, el dolor, la justicia y la libertad. Su poesía deja además constancia de una sensibilidad que desafió su tiempo. Una de sus obras claves fue Una esperanza i el mar, donde escribió:
Yo soy un Mar
Pupilas de crepúsculo
i voz de aurora —
Como ese mar azul
al que yo desperté en mi primerviaje—
Aquel mar de los brazos abiertos
de la perenne juventud
donde se posa mi Esperanza
Cuando a mitad de los años ochenta, Alan García había alcanzado la presidencia de Perú, emisarios suyos se acercaron a una anciana Magda Portal y le pidieron que regresara al APRA. Su respuesta, otra vez, fue contundente: “Yo avanzo, no retrocedo”.