En el Imperio Mongol nació esta guerrera en 1260 cuyo nombre significa Claro de Luna. Hija de Kaidu Khan, el líder más poderoso de Asia Central en 1280, y en específico de la nómade, los Ogedeids, la “princesa” Khutulun fue criada entre 14 hermanos hombres, en una cultura donde las mujeres aprendían artes guerreras, como el entrenamiento del arco y montar a caballo.
Aun así las habilidades de esta mujer eran tales, que llegó un momento en que ninguno de sus hermanos la pudo derrotar en la lucha libre tradicional mongola, la llamada Bökh . La capacidad física para los mongoles es una característica muy alabada, y quien la posee, como el caso de Khutulun, se le considera amparada por los dioses.
Descrita como una guerrera superior en los textos de Marco Polo y Rashid al-Din, Khutulun comenzó ir a las campañas militares con su padre, que luchaba contra su hermano, el temido Kublai Khan, por el sistema de tradiciones y política que se impartiría en el Imperio Mongol.
Las presiones porque se casara hicieron que Khutulun le propusiera a su padre que sólo tendría por marido a quien la pudiera vencer en Bökh. Como apuesta, el pretendiente debía poner 100 caballos, bien muy preciado entre los mongoles. Fue así que acumuló más de 10.000 caballos, uno por cada hombre que no pudo derrotarla y un número superior para cualquier Khan del imperio.
Si bien su historia varía según la recolección de testimonios, algunos establecen que se casó con Ghazan, quien gobernaba Persia, ante la presión de quienes veían con malos ojos su estrecha relación con su padre.
Hija predilecta, siempre era la primera en las batallas y la consejera de su padre frente a cómo gobernar, quien antes de morir quiso hacerla su sucesora en el 1300, pero sus hermanos se lo impidieron por ser mujer. Seis años después Kuthulun murió en 1306 en extrañas circunstancias.
Hoy la cultura mongol la sigue recordando como la luchadora eximia que fue y le rinden homenajes en el Nadaam, el festival cultural más importante de Mongolia, donde los luchadores usan una vestimenta que deja su pecho al descubierto, aduciendo a que nos son mujeres y honrando la memoria de la que nunca fue vencida.