En los años 60 y 70, cuando la contracultura estadounidense no se cansaba de explorar nuevos formatos en las artes, nació también una nueva forma estilística de periodismo que cambiaría la manera de narrar la no ficción: fue llamado “Nuevo Periodismo”, y su fuerza estaba en contar historias reales, o escribir perfiles o narrar crónicas, en el mismo estilo literario de la ficción. Sus mayores referentes de esa primera camada revolucionaria incluyeron a Gay Talese, Hunther S. Thompson o Truman Capote. Y entre la lista de precursores, destaca una sola mujer: Joan Didion, hoy consagrada como la maestra narradora del espíritu norteamericano.
Joan Didion nació en Sacramento, California, y con su pluma -seca, hábil en la composición de las frases- y su mirada casi clínica para explicar lo social y lo humano, ha sido la gran cronista de la costa oeste de Estados Unidos. Comenzó su carrera escribiendo para Vogue, donde escaló rápidamente de puestos en dos años, y luego comenzó a publicar en todas las revistas importantes de la época, desde la New York Magazine a Esquire, o periódicos como The New York Times. Didion publicó un primer libro de ficción en 1962, Run, River, que no llamó mucho la atención. Al año siguiente, se casó con el también escritor John Gregroy Dunne, y juntos se trasladaron de Nueva York a California, donde se convertirían en parte de la elite intelectual que rondaba Hollywood. Juntos también adoptaron a su única hija, Quintana Roo. La dupla sería inseparable, pasando sólo un puñado de noches separados en décadas de matrimonio, y con la costumbre de escribir en la misma habitación.
Didion destacó en los años sesenta y setenta por sus notas sobre cultura y sociedad en Estados Unidos; desde el derrumbe del sueño hippie en San Francisco a una entrevista a John Wayne. Muchas de esas crónicas fueron rescatadas en la compilación Slouching Towards Bethlehem, el cual tiene una de las frases más famosas de la autora: “Nos contamos historias para poder vivir”. En 1979 publicó otra colección de crónicas y ensayos, llamados El album blanco. Con ambos libros, Didion se consagró como una voz clave de su generación, con una mirada y acercamiento distintos al nuevo periodismo que el de sus colegas hombres.
En 1970 Didion publicó Según venga el juego (o Play it as it lays), una mirada al mundo femenino, con una protagonista que recién salía de un instituto psiquiátrico; dos años después, se convertía en película, lo que selló su paso al mundo del cine y los guiones, del que iría entrando y saliendo en las próximas décadas.
Los años siguientes siguió escribiendo y publicando en las más destacadas revistas, sobre la política, sobre los inmigrantes cubanos en Miami y más. Hasta que en 2003 murió su marido y compañero, y dos años después, murió su hija. Si Didion era considerada una ícono de la pluma americana, pero no conocida mundialmente, los libros donde plasmó su experiencia con el luto y registró la vida después de la pérdida, la transformaron en un best seller internacional: El año del pensamiento mágico y Noches azules son crónicas de un dolor feroz, y resonaron en todos quienes hayan sufrido una pérdida.
En los últimos años vive sola en Nueva York, y se ha transformado en un ícono de estilo -con campañas de estilosas casas de moda inspirando colecciones en ella-. Este 27 de octubre, se estrena en Netflix el primer documental sobre su vida, llamado Joan Didion: el centro cede.