Es una de las estrellas de la selección de fútbol de Estados Unidos. La primera vez que Megan Rapinoe llamó la atención fue en el Mundial de fútbol de 2011, cuando anotó un gol contra Colombia, se encontró un micrófono y se puso a cantar “Born in the USA”. En ese mismo mundial, dio un pase de perfecta precisión a Aby Wambach, quien entonces metió un gol en el minuto 122; el equipo pasó a penales y triunfó. Es una de las jugadas más aplaudidas en la historia del fútbol de EE.UU.
Megan se crió en California, parte de una familia tradicional con seis hermanos y donde ella es melliza. Las dos hermanas Rapinoe jugaron deportes desde pequeñas y ambas idolatraban a su hermano Brian, quien en la adolescencia se metió en las drogas y desde entonces ha estado encarcelado; Megan no sólo lo apoya, sino que dice que le despertó la pasión por la justicia social.
Megan fue a la Universidad de Portland con beca deportiva, y desde 2009 que es profesional y ha pasado por múltiples clubs, incluyendo el Olympique Lyonnais y actualmente Seattle Reign.
Rapinoe fue una de las primera atletas en apoyar la protesta en contra de la brutalidad policial de los jugadores de fútbol americano. Junto a su novia basquetbolista, son la primera pareja gay en posar desnudas para la portada de la revista ESPN en su especial anual de cuerpos, y también la primera deportista abiertamente lesbiana en ser parte del especial de trajes de baño de Sport Illustrated. Además, ya en 2016 era una de las seis jugadoras de la selección de EEUU en comenzar litigios legales con su federación por discriminación en comparación a la rama masculina; este año, el equipo completo demandó a la institución que las lidera diciendo que han ganado tres copas del mundo, generan millones es auspicios y audiencia y siguen ganando menos que los hombres.
En el mundial de Francia Rapinoe, de pelo morado, se enfrascó una pelea mediática con el presidente Trump diciendo que si gana el equipo, ella no irá a una Casa Blanca donde las políticas actuales no coinciden con sus luchas por justicia. Trump dijo que no fuera fanfarrona y que ganara primero; acto seguido, Rapinoe anotó dos goles en el partido siguiente contra el país sede.