Conocemos su historia gracias al cine y la interpretación de Julia Roberts: Erin Brockovich vivía en Kansas, estaba dos veces divorciada y era madre de tres hijos. Una mujer como tantas, sin estudios universitarios, que trabaja de mesera o lo que venga para sacar adelante a sus niños. En 1990 tuvo un accidente automovilístico y decidió demandar al otro conductor a través de una oficina de abogados. Para pagar los honorarios ofreció trabajar en el buffete como archivadora, ordenando papeleo. Así fue como descubrió un inmenso caso de contaminación ambiental generado por una planta de energía de Pacific Gas & Electric que afectaba la salud de los habitantes de Hinkley, un pueblo ubicado en el desierto de Mohave en California. Revisando papeles, Erin notó muchas coincidencias en problemas de salud que afectaban a los habitantes de esa localidad y que estaban solicitando indemnización por atención médica. Le mostró la información a su jefe y siguió investigando hasta encontrar una posible contaminación del agua con cromo.
Durante los próximos cinco años se dedicó a reunir pruebas: tomó muestras de contaminación y se reunió con muchas de las personas enfermas de Hinkley hasta armar un caso e interponer una demanda colectiva. En 1996, la justicia ordenó a la fábrica que indemnizara con 500.000 dólares al pueblo de Hinkley por cada habitante enfermo. Hubo un total de 600 personas enfermas, por lo que la fábrica tuvo que pagar 333 millones de dólares. Una cifra inédita en un caso de ese tipo y que estableció jurisprudencia como precedente judicial para procesos similares. Erin Brockovic se ganó 2 millones de dólares por el caso.
El año 2000 se estrenó “Erin Brockovich”, la película que cuenta el proceso que la hizo famosa. La cinta la dirigió Steven Soderbergh y la protagonizó Julia Roberts, lo cual trajo más fama y dinero a la verdadera Brockovich.
Actualmente trabaja en su propia empresa Brockovich Investigation & Consulting, y da conferencias a lo largo de todo el mundo. Su última gran batalla de los últimos años ha sido contra el gigante farmaceútico Bayer. Su lucha es para alertar sobre el método anticonceptivo Essure, un sistema rápido y no quirúrgico para esterilizar de forma permanente a las mujeres. Según Brockovich, se trata de un producto que puede resultar peligroso y se ha dedicado a reunir testimonios de mujeres que lo han usado y han sufrido problemas como perforaciones, infecciones, embarazos indeseados y abortos. El caso ha tenido distintas instancias y sigue en pleno proceso.