Una nueva tendencia propone que las personas se dejen de bañar, abandonando el uso de shampoo, bálsamo, jabón y cualquier tipo de detergente.
Su origen se basa en la mantención de la flora o microorganismos presentes en la piel, la que suele ser dañada por los productos tradicionales de limpieza.
"Fue un poco extraño durante los primeros meses, pero después de eso dejé de extrañarlo", asegura David Whitlock, ex ingeniero químico y cofundador de la compañía farmacéutica AOBiome, quien lleva más de 15 años sin bañarse, a The Guardian. "Si ensucio una parte específica de mi cuerpo, entonces lavaré esa parte específica".
Quienes se unen a la tendencia seguran que sus cuerpos dejan de oler mal tras un tiempo, sosteniendo que el microbioma de sus cuerpos se estabiliza.
Sandy Skotnicki, dermatóloga en Toronto y autora del libro "Beyond Soap" ("Más allá del Jabón"), asegura que "no hay nada malo en enjuagarse".
"He hablado con personas que no han usado ningún tipo de detergente en años y están perfectamente bien", afirma.
Skotnicki relaciona el cambio de enfermedades a la piel con el aumento de la costumbre del baño desde 1950. "¿Ha cambiado nuestro microbioma cutáneo? Creo que la respuesta es sí. ¿Y eso ha causado un aumento en las enfermedades inflamatorias de la piel? Creo que la respuesta es sí, pero no lo sabemos", sostuvo.
El movimiento ha ido más lejos, apareciendo productos para la piel, "microbioma friendly", que cuidan los probióticos de la piel.
Skotnicki, asegura que hay un lugar del cuerpo en que es necesario utilizar jabón, aunque de pH neutro: las manos. "Lavarse el cabello y el cuerpo tiene muy poco que ver con la higiene. Pero lavarse las manos es esencial", afirmó.