En los bosques del norte de Tailandia viven unos 3.000 elefantes en libertad pero hay otros 4.000 que permanecen en cautiverio y que muchas veces son maltratados en función del turismo y el espectáculo.

Sagduen “Lek” Chailert es una tailandesa que ha dedicado su vida a la conservación de los elefantes, comenzó con el rescate de estos animales en 1996 y ya son unos 200 elefantes los que viven protegidos en su santuario Elephant Nature Park.

Lek cuenta que muchos de estos elefantes han llegado en estado de absoluto trauma psicológico, algunos heridos, desnutridos o ciegos, por los abusos a los que han sido sometidos en circos o en campos de trabajo como la minería. Lo primero para rehabilitarlos es saber ganarse su confianza, con tiempo y amor. Mucho amor. Chailert se pasea entre sus piernas y se acurruca en sus trompas con la misma naturalidad que Mowgli. “Los sanamos con amor”, dice Lek.

En su santuario de elefantes se reciben turistas pero se propone un trato distinto donde el visitante alimenta, acaricia y comparte con los animales sin necesariamente llegar y montarse encima como se hace inescrupulosamente en otras ofertas turísticas de la zona de Chiang Mai.

En 2010, la entonces Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, invitó a Lek a Washington para ser condecorada como una de las Mujeres Héroes de la Conservación Global.

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