Jane Goodall es sinónimo de chimpancés. Ha dedicado 55 años a su trabajo como primatóloga, antropóloga y etóloga a estudiar las interacciones de estos mamíferos en Tanzania. Su vida ha estado enfocada a presenciar, y luego difundir, las interacciones sociales y familiares en los chimpancés salvajes del Parque Nacional Gombe Stream.

África siempre estuvo en su imaginario, un sueño que se vio cumplido cuando a los 23 años, esta inglesa se va como secretaria del antropólogo Louis Leakey en Kenia. El mismo Leakey la envía en 1960 en una misión: viajar a Gombe, en Tanzania, para investigar los chimpancés salvajes de la zona durante 6 meses, un proyecto que dura hasta hoy.

A pesar de haber estudiado en Londres con connotados científicos sobre primates, al momento de observar in situ a estos animales salvajes recurrió a una metodología no estricta, desde el punto de vista científico: para reconocer y seguir a los diferentes ejemplares les puso nombres humanos como David Greybeard, Flint, Goliath, Passion, Frodo y Fifi. A pesar de que los académicos de su época no la respetaban por esto, un descubrimiento no pudo ser pasados por alto en el mundo científico: Jane Goodall presenció que una creatura, diferente al humano, fabricó y usó una herramienta. Vio como David Greuveard cogía una rama, le sacaba las hojas y luego la introducía a un hormiguero moviéndola, lo que hacía que las hormigas salieran. Hasta 1960 la ciencia creía que sólo una persona tenía la capacidad de crear y utilizar un instrumento.

Sus descubrimientos sobre los chimpancés o pan troglodytes han revolucionado la visión que tenemos de los primates y del mismo ser humano. Jane pudo observar que los chimpancés se abrazan, se besan, pasan por la adolescencia, tienen un sistema político y desarrollan un fuerte lazo madre-cría.

La difusión de sus investigaciones sirve hasta hoy para mirar a nuestra especie y preguntarnos cuánto de lo que somos lo heredamos del mismo antepasado que compartimos con los chimpancés hace 6 millones de años.

Tras 50 títulos honoríficos, el Premio Príncipe de Asturias de Investigación en 2003 en España, el Premio Internacional Cataluña 2015, la Legión de Honor de la República de Francia, y  el título de Dama del Imperio Británico, Jane Godall se ha convertido no solo en una de las científicas más connotadas del siglo XX, sino que además es una ferviente activista del medio ambiente y de los animales que habitan el planeta.

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