Primero la vista. Luego el olfato. Finalmente el calor.
Una nueva investigación sugiere que los mosquitos emplean esa secuencia para identificar a sus víctimas antes de picar.
Para ello un grupo de biólogos grabó los movimientos de mosquitos hambrientos dentro de un túnel de viento.
Los insectos inmediatamente fueron atraídos por una columna de dióxido de carbono, muy similar a las producidas por la respiración humana.
Luego de haber olfateado el gas se enfilaron hacia un punto negro.
Y finalmente, a distancias más cortas, el calor terminó de enfocar su atención.
Oler, ver y sentir
Los hallazgos, publicados en la revista académica Current Biology, confirman evidencia previa sobre la importancia del olfato para los mosquitos.
Ya se sabía, por ejemplo, que el olor corporal puede influir en su elección de una víctima en lugar de otra.
Y también que los mosquitos son especialmente buenos olfateando dióxido de carbono, el que abunda en el aliento de los animales de cuya sangre se alimentan, como los humanos.
Se sabía además que los chupasangre emplean tanto la vista y su capacidad para detectar calor para identificar a sus presas.
Pero el nuevo estudio es el primero en identificar el rol específico de cada habilidad.
"Pudimos elaborar una primera teoría sobre cómo los mosquitos combinan todos estos sentidos para encontrar un humano", le dijo a la BBC la autora principal del reporte, Floris van Breugel.
La clave, explicó, fue separar los diferentes estímulos, representados por una columna de CO2 (olor), un punto negro en el túnel de viento (vista) y una placa de vidrio caliente invisible a primera vista (calor).
"Pudimos ver cómo se combinaban las reacciones de los mosquitos a cada uno de esos tres estímulos", explicó van Breugel, del Instituto de Tecnología de California.
Por ejemplo, si los mosquitos veían la mancha negra en un túnel por lo demás vacío, no se interesaban en el mismo.
Pero si también había dióxido de carbono, después de olfatear el gas inmediatamente se dirigían al estímulo visual.
"Sólo le ponen atención a los estímulos visuales después de haber detectado un olor indicando la proximidad de una posible víctima", dijo Michael Dickinson, quien coordinó el estudio.
"Eso garantiza queno desperdician su tiempo investigando blancos inútiles como rocas o vegetación", agregó.
Estrategia triple
Según el equipo de investigadores, la estrategia de cacería de los mosquitos tiene tres etapas.
A distancias de entre 10 y 50 metros usan el olfato, buscando sobre todos rastros de CO2.
Una vez excitados por el olor, se dirigen a lo más interesante visualmente(en un rango de entre cinco y 15 metros).
Y una vez a un metro de distancia de un blanco potencial, lo que los termina de enfocar es el calor corporal.
Una estrategia que desde la perspectiva de los humanos, es "fastidiosamente efectiva", dice la Dra. Van Breugel.
"La triste conclusión es que es muy difícil escapar a los mosquitos", le dijo a la BBC.
La recomendación de la investigadora es tratar de reducir el número de pistas sensoriales que uno ofrece.
Pero más efectivo todavía puede ser crear una distracción.
Por ejemplo: hacer que los amigos vistan ropas más llamativas, para que los mosquitos se concentren en ellos, sugiere Van Breugel.