Un hombre encontró un pequeño nido, hecho con ramas y hojas en su cama. Se trataba del intento de una madre ardilla por construir un hogar para sus dos crías. Desafortunadamente la ardilla no volvió y el hombre tuvo que contactar a un par de conservadores de la naturaleza.
Los rehabilitadores de vida silvestre Christina y Michael fueron llamados para intentar ayudar a las pequeñas ardillas. Desafortunadamente, una de las crías no sobrevivió, y después de una evaluación realizada por un veterinario local de vida silvestre, se determinó que el bebé restante tampoco sobrevivirá solo. Es por eso que Christina y Michael decidieron intervenir y adoptar a “Pulgarcita”.
La pequeña ardilla tiene una cuenta de Instagram en donde se registra su crecimiento y aventuras en el mundo humano.
Pulgarcita fue especial desde un principio. Debido a una inusual temporada de nacimiento y la pérdida de su hermana pequeña, la ardilla tuvo que crecer sola sin interactuar con otras ardillas.
Incluso a pesar de los mejores esfuerzos para presentar a Pulgarcita a otras ardillas, nunca querría tener nada que ver con ellas. Uno de sus padres adoptivos dice: "No sé lo que ella cree que es, pero definitivamente no es una ardilla".