Los derechos ambientales en Latinoamérica van mucho más allá de la protección de espacios y especies. Cada vez más, el foco de los activistas está puesto en la defensa de aquellas comunidades cuyos habitantes y entorno geográfico y social se ven afectados por el impacto de las industrias extractivas y los monocultivos. Este tránsito del ecologismo a la esfera económica choca con los intereses de grupos poderosos; una situación que ha repercutido en el aumento de la violencia contra los activistas.
Tras la sonada muerte de la hondureña Berta Cáceres, Yoani Sánchez expone los riesgos que implica dedicarse a la defensa de los derechos medioambientales en Latinoamérica. Lo hace a través de una entrevista con el activista guatemalteco Yuri Melini, quien la acompaña en el estudio. Johana Asurza, portavoz de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú, y Carlos Guevara, coordinador del programa Somos Defensores, de Colombia, participan en la conversación de manera virtual, a través de Skype.
Hablarán de sus experiencias y problemas, de los ejemplos más relevantes y de las organizaciones e instituciones que podrían ayudar a solucionar las cuestiones. Para interactuar con los espectadores, Sánchez y sus invitados debatirán sobre las propuestas que manden los internautas a través de las redes sociales.
Una vez superada la época de los regímenes dictatoriales en América Latina, la esperanza en un futuro político libre era muy grande. Con la llegada de la democracia, sin embargo, no se lograron superar numerosas dificultades sociales que, junto a la caída de los precios de las materias primas, han provocado que en muchos países, a pesar del impulso logrado en las primeras décadas, hayan vuelto a surgir los problemas de antaño. Unido al hecho de que las instituciones democráticas no han logrado la estabilidad deseada en muchos lugares, las estructuras sociales y de poder han vuelto a cobrar fuerza.
Aumento de la violencia
La polarización de la política y la sociedad y el miedo a una nueva debacle económica han provocado no sólo un aumento de la corrupción y la criminalidad, sino también de la violencia brutal. Las víctimas de estos abusos son, como siempre, los opositores políticos, periodistas, disidentes y, a menudo, personas que tan sólo expresaron su rechazo a los corruptos. Por otro lado, se ha registrado un aumento de las agresiones y discriminaciones hacia aquellos grupos que, tradicionalmente, han sufrido menos atención por parte de las instituciones: mujeres, niños, migrantes, homosexuales y prostitutas son el blanco de esta violencia.
Yoani Sánchez, autora desde el 2007 del blog “Generación Y”, se hizo famosa en todo el mundo por su labor crítica e independiente sobre el régimen cubano. Al año siguiente recibió el premio “Best of the Blogs” de DW, así como el “Ortega y Gasset” que entrega el diario español El País. La revista Time la incluyó en su lista de las “100 personas más influyentes del año” y, desde entonces, no ha dejado de aparecer entre las mujeres, pensadores y tuiteros más influyentes de América Latina y el mundo entero. En 2014 fundo el primer periódico online independiente de Cuba: 14ymedio. Sus detractores en la isla la acusan de ser una “cibersoldado” y de que su trabajo está financiado por el Gobierno de Estados Unidos. A pesar de ello, sigue viviendo en Cuba.